"El Mercosur funciona viento en popa". Fue lo primero que dijo
Félix Peña, un hombre del equipo de Guido Di Tella que en
la Cancillería se ocupa de la integración. Después,
se permitió una broma; "Claro que eso no impide que los vientos
que ahora empujan al mercado común sean como los de una tormenta
en el viento de San Jorge". Pero, aclaró, "existe un
ambiente de cooperación y optimismo". En todo caso, esto se
podrá probar en la nueva cumbre que se realizará el 25 de
julio cuando presidente, ministros y cancilleres de los 4 países
socios se reúnan en Las Leñas, entre las montañas,
la nieve y los esquíes.
La agenda de la reunión tiene un elemento clave y es definir el
cronograma de medidas que adoptarárn los socios de aquí
hasta 1994. En esencia, eso hace a la coordinación de políticas
y de legislaciones económicas, fiscales y laborales. "Todavía
se está trabajando en el tema y además será el grupo
de mercado común, que se reúne dos días antes, el
que defina con precisión las propuesta a elevar a los presidentes",
comentó el diplomático en la entrevista con Clarín.
Abogado y experto en temas económicos -trabajó muchos años
al lado de Enrique Iglesias en el Banco Interamericano de Desarrollo-,
el embajador Peña insisió una y otra vez: "Hay una
voluntad política de ir adelante. Dificultades desde luego que
siempre existen".
Lo principal, sostuvo, es que hay una metodología y visión
de largo plazo. "Este proceso de integración tieen que verse
desde la perspectiva de la inversión y el empleo. El Mercosur tiene
que atraer inversiones y para eso tiene que ser creíble".
No se puede ignorar que los problemas de corto plazo, como son las
diferencias económicas que existen entre los 4 socios, plantean
incertidumbres sobre el futuro del mercado común.
Pienso que cuando se planean inversiones en las industrias -siderurgia,
petroquímica, automotriz- todo se piensa en el largo plazo. En
esta perspectiva hay que colocar los datos de la economía brasileña
y argentina, y no en las informaciones de los últimos meses. Para
el operador económico al que está dirigido el Mercosur lo
que valen son las tendencias a 2 ó 3 años.
¿Y a quiénes está dirigido el Mercosur, es decir,
quiénes se van a beneficiar?
La respuesta es que eso va a depender más de las empresas en forma
individual que de los sectores industriales. Aquellas firmas que ganen
en productividad y se coloquen en condiciones de competir van a sacar
mucho provecho de la integración.
Usted dice que el Mercosur es sólo una de las avenidas de salida
para la economía argentina. ¿ESo no le restaría importancia
al mercado común?
Para mí este es un tema central. Pienso que la ARgentina es "Global
Trade". Con esto digo que tenemos muchos mercados en el mundo y no
sólo los regionales. Para más datos, el Mercosur es apenas
el 15% de nuestro comercio exterior. Distinto es el caso de México
que tiene con los Estados Unidos un comercio casi unidireccional. Por
eso decimos que el Mercosur es muy importante, pero marginal en términos
relativos.
Quiere decir, entonces, que el mercado común tiene menos alcance
del que se le suele dar desde el propio gobierno.
Para nada. Creo que la importancia estratégica está en
el hecho de que atrae inversiones. Ya no se ofrece un mercado chico, sino
uno de muchos millones de consumidores y por eso tenemos más posibilidades
de que las grandes compañías mundiales piensen en invertir
aquí. Los mexicanos llaman a invertir porque se presentan como
la puerta de entrada al mercado norteamericano. Desde Hungría hacen
los mismo con Europa. Y nosotros ofrecemos de Mercosur.
Pero seguramente lo mismo harán los uruguayos, paraguayos y
brasileños.
Sí, claro. Pero es que habrá para todos: hay empresas multinacionales
que están pensando en repartir sus plantas en los cuatro países,
asignándole una parte de la producción a cada uno.
Se habla del mercado común siempre en términos generales.
Pero, ¿qué pasa por abajo?
Me tengo que guiar por datos empíricos, porque lo que pasa por
abajo no cruza por los niveles de gobierno. Creo que justamente, la desregulación
ha hecho que las decisioens empresarias se tomen sin intervención
de los organismos oficiales. Los que dan las pautas de que los operadores
invierten, se asocian y tejen alianzas, en el Mercosur son los propios
periodistas. Lo que se nota es una tendencia muy grande a las inversiones
cruzadas y las alianzas: se tiene la sensación de que la cosa se
mueve.
Al principio, los industriales argentinos parecían muy entusiasmados
con el Mercosur y los brasileños no. Ahora, las expectativas parecen
haberse invertido.
Yo lo vería de otro modo. Pasamos del poco interés brasileño
a una etapa de gran interés de parte de ellos. Y esto ocurre, lógicamente,
a partir de que descubren el mercado que tienen en la región para
sus productos. Lo que pienso es que no aminoró el interés
argentino, porque cómo podría ser de ese modo si los empresarios
de aquí tienen por delante un mercado de 150 millones de personas,
con desregulación aduanera y de transporte.
Hablando de desregulación aduanera ¿Cuál va a
ser la preferencia arancelaria para fin de año?
El 30 de junio cae en 7 puntos la restricción arancelaria entre
los países del Mercosur. Esto significa que las preferencias van
a subir de 54 % actual a 61 %. Claro que una cosa es la tablita y otra
la realidad. Porque el tema es que hay muchos productos, que fueron negociados
en ALADI, que tienen una preferencia mayor (o lo que es lo mismo, una
protección menor para los países del mercado común).
Otros bienes, en cambio, están en la lista de excepciones que puso
cada país. Lo importante aquí es la señal que estamos
dando: vamos a marchar ineludiblemente al arancel cero para todo el universo
de productos.
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