Resistir al proteccionismo y, a la vez, promover el comercio global y
la inversión es uno de los compromisos del G20 en Londres. No parece
ser ajeno a ello el hecho que días antes, la OMC difundiera su
previsión de una caída del 9% del volumen del comercio mundial
en el 2009 -primera caída en 25 años.
El comunicado final de la Cumbre reitera compromisos ya asumidos en noviembre
pasado en Washington, extendiéndolos hasta el final del 2010. Se
refieren a no levantar nuevas barreras a la inversión y al comercio
de bienes y de servicios; a no imponer nuevas restricciones a las exportaciones,
y a no aplicar medidas inconsistentes con la OMC para estimular exportaciones.
Incluye el compromiso de minimizar el impacto negativo sobre el comercio
y la inversión de las políticas fiscales y de las acciones
orientadas a apoyar al sector financiero. También incluye al proteccionismo
financiero y las medidas restrictivas de flujos globales de capitales,
especialmente hacia los países en desarrollo.
Dos cursos de acción surgen de lo acordado en Londres. Uno se
refiere a asegurar al menos 250 mil millones de dólares en los
próximos dos años para sostener el financiamiento del comercio,
a través de las agencias de crédito a la exportación
y de los bancos multilaterales de desarrollo. El otro se relaciona con
la capacidad de monitoreo de las políticas comerciales que tienen
la OMC y otros organismos internacionales. A tal efecto los países
del G20 se comprometieron a notificar sin demora medidas que afecten al
comercio y la inversión, y encomiendan informes públicos
trimestrales sobre el cumplimiento de las promesas efectuadas.
Por su lado el Director General de la OMC, tras el informe preliminar
publicado en febrero, ha presentado el 26 de marzo al órgano de
revisión de políticas comerciales un detallado informe (JOB(09)/30)
sobre la crisis global y los desarrollos recientes relacionados con el
comercio. Si bien no detecta una tendencia a un proteccionismo de alta
intensidad -similar al de la crisis mundial de los años 30-, alerta
sobre un proceso incremental de restricciones que pueden generar, en forma
gradual, una reducción del comercio mundial y afectar la eficacia
de políticas orientadas a estimular la demanda agregada y a restablecer
un crecimiento global sustentable.
El informe de la OMC destaca que un factor que permite contener presiones
proteccionistas es el control de la opinión pública sobre
las medidas que se adoptan. Es un mayor monitoreo del público,
el que podría contribuir entonces a que cualquier medida comercial
con potenciales efectos restrictivos sea transparente, no discriminatoria
y temporaria.
Acentuar el monitoreo público sobre las medidas comerciales es
uno de los objetivos a asegurar en el futuro. La OMC tiene limitaciones
en el cumplimiento de tal objetivo, si se basa prioritariamente en la
información suministrada por los respectivos gobiernos. Ésta
no siempre se brinda en forma oportuna y se suele limitar a las medidas
adoptadas. No incluye necesariamente las prácticas que resultan
de tales medidas. Y es en las prácticas donde puede reflejarse
la acupuntura proteccionista, que es a la que se suele recurrir
con más frecuencia. Un ejemplo es el de la manipulación
en los hechos de los plazos previstos para las licencias de importación,
sean ellas automáticas o no automáticas.
Las tecnologías de información modernas pueden contribuir
a fortalecer el monitoreo público del proteccionismo encubierto.
Una idea podría consistir en recurrir a bases de datos no gubernamentales,
alimentadas por la activa participación de todos aquellos interesados
en resistir al proteccionismo, empleando metodologías wiki facilitadas
por las herramientas Web.2. Se podría obtener de tal forma una
mayor transparencia de las prácticas proteccionistas, con tribuyéndose
así al objetivo que al menos en el plano formal han asumido los
países del G20 en la Cumbre de Londres.
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