La cuestión de la especificidad:
¿Cuál es el valor agregado que tiene el sistema de Cumbres
Iberoamericanas para los países que en ellas participan?; ¿cuál
es su aporte específico con respecto a los múltiples canales
institucionalizados de sus respectivas inserciones en el sistema internacional?;
¿cuáles son las razones que justifican su mantenimiento
a través del tiempo?
A fin de responder a estas preguntas hay que partir de tres datos de
la realidad:
- las Cumbres Iberoamericanas ya existen, sería poco realista
imaginar su discontinuidad y en los últimos trece años
han acumulado resultados de calidad dispar, pero a veces significativos,
especialmente a través del desarrollo de múltiples redes
de cooperación;
- los países participantes tanto de la vertiente latinoamericana
como de la europea integran, a su vez, otros mecanismos institucionalizados
de comunicación, diálogo y concertación, en los
que también participan Jefes de Estados y de Gobierno, y
- existe una sensación de "fatiga" con respecto a las
Cumbres en general, pero en particular con respecto a la de los países
iberoamericanos, en parte por su imagen creciente de irrelevancia, por
el desgaste que implican para la
- diplomacia presidencial", y por el hecho que han quedado dominadas
por una suerte de inercia en su preparación y en su desarrollo.
Tal fatiga parecería ser mayor, cuanto mayor sea la frecuencia
de las respectivas Cumbres y menor la importancia de las cuestiones
que se abordan para los ciudadanos de los países participantes.
En la perspectiva de tales datos, hay que colocar el análisis
de la cuestión de la especificidad de las Cumbres Iberoamericanas
hacia el futuro.
Por lo menos tres razones justificarían el mantener este espacio
diferenciado de cooperación internacional, de otros en los que
también participan los Presidentes de los países latinoamericanos
(Hemisférico; Latinoamericano-Grupo Río; Sudamericano; América
Central; Comunidad Andina; Mercosur; Unión Europea-AL-Mercosur):
- el aporte del testimonio de la viabilidad de una convivencia razonable
entre culturas, religiones y razas distintas, en un momento histórico
en el cuál se tiende a imponer la idea de fracturas irreconciliables
en los tres planos, a escala global o de regiones de alto voltaje conflictivo
(Medio Oriente);
- las ventajas de la diversificación de los canales institucionalizados
de inserción internacional de cada uno de los países participantes
o de las sub-regiones a las que pertenecen (por ejemplo, el Mercosur
o la Comunidad Andina), y
- la preservación de un puente de vinculación privilegiada,
para los latinoamericanos con la Unión Europea, a través
de España y Portugal, y para estos últimos países,
con la vertiente latinoamericana del espacio iberoamericano.
Lo importante es tener en cuenta lo que no es, ni puede llegar a ser
en el horizonte de lo previsible, el sistema de Cumbres Iberoamericanas:
- no es un espacio de poder internacional con capacidad para incidir
decisivamente en la evolución de conflictos en las líneas
de principales tensiones internacionales (en el sentido de Raymond Aron);
- no es el embrión de una comunidad de seguridad internacional;
- no es el ámbito para negociaciones comerciales que desarrollen
preferencias comerciales, sea en el marco del GATT-1994 (artículo
XXIV, parágrafo 8) o del GATS (artículo V y V bis), y
- no es el espacio para el desarrollo de una comunidad vertical, como
lo es el Commonwealth en relación al Reino Unido o la Francophonie
en relación a Francia.
Ello permite clarificar lo que deberían seguir siendo en el futuro
los ejes vertebrales del sistema de Cumbres Iberoamericanas:
- un mecanismo de diálogo periódico al más alto
nivel político, entre los países que conforman el espacio
iberoamericano, a fin de aportar visiones, criterios y recomendaciones
sobre cuestiones que, en la perspectiva de los países participantes,
sean relevantes para el desarrollo futuro de las agendas internacional
e interregional, y
- un sistema de impulsos políticos para el desarrollo de acciones
de cooperación entre las naciones iberoamericanas, con énfasis
en campos ya privilegiados por el sistema de Cumbres, pero en particular,
en relación a la cultura, la ciencia y tecnología, y la
educación.
En el plano de la cooperación iberoamericana, a fin de tornar
relevantes los resultados de las Cumbres, parecería conveniente
identificar algunos proyectos que reunieran simultáneamente dos
características:
- fuerte impacto en las respectivas sociedades civiles, y
- acreditar la imagen del espacio iberoamericano como algo de interés
simultáneo para las opiniones pública de la vertiente
latinoamericana y de la europea.
Un ejemplo podría ser el de una TV Cultura del espacio iberoamericano,
concebida como una especie de "portal" TV de los canales culturales
actualmente existentes, y que funcionara como "canal abierto"
en todos los países del espacio iberoamericano, incluyendo por
cierto, España y Portugal.
La cuestión de las metodologías:
¿Cómo lograr que las Cumbres sean relevantes por sus
resultados?; ¿cómo prepararlas a fin de que a la vez que
se obtengan resultados relevantes, se pueda preservar un espacio de diálogo
franco y creativo entre los Jefes de Estado y de Gobierno, sobre cuestiones
que interesan a sus países en el desarrollo de las agendas internacional
e interregional?; ¿cómo asegurar que luego sus resultados
penetren en la realidad?, y ¿con qué periodicidad deberían
realizarse las Cumbres?
Algunas de las ideas que se presentan a continuación están
dirigidas a responder, en la práctica, a tales preguntas:
- distinguir la preparación de la Cumbre en su función
de espacio de diálogo y concertación de alto nivel político,
de la de su función de impulso al espacio de cooperación
iberoamericana;
- concentrar la preparación del diálogo y de la concertación
al más alto nivel, en tres pilares: la Presidencia y Secretaría
Pro-Tempore; la Secretaría de Cooperación Iberoamericana,
y la red de delegados personales de los Jefes de Estados y de Gobierno
(siguiendo el modelo "sherpas", especialmente de la etapa
inicial del G.7). Esta fase preparatoria debería desarrollarse
no antes de seis meses de la fecha de la respectiva Cumbre;
- concentrar toda la actividad vinculada con la cooperación en
los campos de la cultura, la educación y la ciencia y tecnología,
en los mecanismos de la Organización de Estados Iberoamericanos
(OEI), que tiene precisamente funciones específicas en estos
campos;
- concentrar en la Secretaría de Cooperación Iberoamericana
-de dimensiones reducidas- las tareas de memoria y seguimiento de la
dimensión diálogo y concertación de las Cumbres
y, en lo que fuere necesario, de seguimiento de actividades de las redes
de cooperación iberoamericana que no entraran en las competencias
actuales o futuras de la OEI (incluso podría ser conveniente
en el futuro, ampliar las competencias de la OEI, a fin de que sea el
cauce institucional para el impulso y seguimiento de todas las redes
de cooperación iberoamericana), y
- canalizar los recursos financieros que los países estén
dispuestos a aportar para apoyar las actividades que surjan de las redes
de cooperación iberoamericana, en un Fondo Especial que tuviera
una administración autónoma o que fuera administrado -como
Fondo Fiduciario- por ejemplo, por un consorcio BID-CAF-BCIE-FONPLATA,
y
- realizar las Cumbres con una periodicidad no inferior a tres años,
salvo que por razones excepcionales se requiriera una reunión
especial y, en el período entre-Cumbres, realizar eventualmente
reuniones de la troika integrada por la dos últimas presidencias
y la de la siguiente reunión.
Alguna bibliografía recomendable sobre estos temas:
- Fraerman Alicia, "Iberoamérica ante la Crisis Global",
Serie Documentos, Editorial Comunica, 2002.
- Lafer Celso, prólogo a "Tercera Cumbre Iberoamericana",
FCE, México, 1994.
- Organización de Estados Iberoamericanos, para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (OEI), "¿Qué es la OEI",
en www.oei.es/oei_es.htm
- Putnam Robert, Bayne Nicholas, "Hanging Together. The Seven-Power
Summits", Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts, 1984.
- Sanhueza Raúl, "Las Cumbres Iberoamericanas. Una Visión
Latinoamericana", en "El Nuevo Multilateralismo y las Políticas
Exteriores de América Latina", Síntesis, Revista
de Ciencias Sociales Iberoamericanas, números. 31-32, Madrid
1999.
- Seixas Corrêa Luiz Felipe de, "As Conferências de
Cúpula Ibero-Americanas: Um Formato em Busca de Substância",
en Fonseca Jr Gelson, Nabuco de Castro Sergio Enrique, "Temas de
Política Externa Brasileira II", volume 1, IPRI, Paz e Terra,
Sâo Paulo, 1994, ps. 147 y ss.
- Senado de España, "Informe de la Ponencia "La Comunidad
Iberoamericana de Naciones: Su Consolidación a Través
de las Cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno", Madrid, 1998.
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