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  Félix Peña

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 Mayo de 2002

Vigencia (como idea estratégica) y debilidades (como proceso) del Mercosur frente a la actual realidad mundial


Versión revisada, actualizada y ampliada del artículo preparado en noviembre del 2001 para la revista "Contribuciones", del CIEDLA-Fundación Konrad Adenauer.


La defensa de los intereses comerciales de largo plazo trasciende los complejos problemas coyunturales del país. Por ello debemos prestar atención a las negociaciones en marcha, que deberían culminar en los próximos tres años.

Sus resultados condicionarán por mucho tiempo la inserción competitiva de la Argentina en el mundo. De ellas dependerán, en gran medida, las posibilidades de competir en muchos mercados con bienes y servicios originados en el país.

Dada la dimensión reducida del mercado interno, ello repercutirá en la capacidad para incentivar inversiones productivas y la incorporación de progreso técnico, con su impacto en el nivel de empleo.

Las reglas de juego que resulten incidirán en las políticas económicas, sectoriales y comerciales futuras del país.

Los principales frentes de negociación son tres. En primer lugar, las negociaciones multilaterales de la Organización Mundial de Comercio (OMC). A partir de los resultados logrados en Doha, La Argentina tendrá que desarrollar en los próximos tres años una intensa acción si pretende lograr resultados satisfactorios para sus exportaciones, especialmente las del complejo agroalimentario y de servicios -la lista de pedidos tendrá que presentarse hasta el 30 de junio próximo y la de ofertas, hasta el 31 de marzo del 2003-, y para la definición de disciplinas colectivas que le sean favorables en materia de defensa comercial y de subsidios.

En segundo lugar, las negociaciones con los Estados Unidos, sea en el ámbito del ALCA o en el del "4+1". En el ALCA y se está avanzando y se tiene un cronograma definido. Muy probablemente los diálogos comerciales se acelerarán a partir de la aprobación del "trade promotion authority" (TPA) por parte del Congreso americano, y de las próximas elecciones en Brasil y en los Estados Unidos, países que compartirán la presidencia de las negociaciones a partir del tercer trimestre de este año.

En tercer lugar, las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea cuyo ritmo se intensificó a partir de la presentación de las primeras listas de ofertas deberían tener un impulso político tras la Cumbre de Madrid, en mayo próximo.

Ambitos vinculados
Deben agregarse, además, las negociaciones con la Comunidad Andina y con México, país con el cual Brasil está por concluir un acuerdo bilateral, tal como antes lo hicieron la Argentina y Uruguay.

Las agendas de los tres principales ámbitos negociadores están vinculadas entre sí. La estrategia del país tiene que abarcarlas simultáneamente, lo cual implica un serio esfuerzo de organización interno al menos en tres planos. En primer lugar en el propio gobierno, siendo la Cancillería el centro natural de la conducción del esfuerzo negociador.

La acción de la Cancillería sólo podrá ser eficaz si las posiciones negociadoras se nutren de las prioridades determinadas por las áreas competentes en políticas económicas, sectoriales y comerciales, y por los responsables provinciales del comercio y la producción. Toda fragmentación en este plano es una ventaja competitiva que se otorga a los demás países con los cuales se negocia.

También el sector privado tiene que organizarse y reflejar los intereses de empresarios, trabajadores y consumidores. Es un plano en el cual falta aún mucho por hacer a fin de estar al nivel de organización de otros países con los cuales se negocia, incluyendo Brasil, Chile y México.

Libre flujo de información

Y por último, el sector académico y los medios de comunicación deberán estar en condiciones, como ocurre en otros países, de asegurar un flujo de información y de análisis, que permita decodificar las negociaciones en la perspectiva de los intereses concretos de la Argentina.

A todo ello debe sumarse la necesaria coordinación, en las áreas mencionadas, con las respectivas contrapartes en los países del Mercosur, incluyendo, por cierto, a Chile.

El esfuerzo negociador de los argentinos, ya que es toda la sociedad la que quedará involucrada por los resultados de las negociaciones en curso, requiere que desde el gobierno se asegure un intenso flujo de información detallada sobre lo que se negocia, en un ámbito de fuerte transparencia.

Los argentinos deberían poder seguir las negociaciones en su detalle por Internet, a fin de lograr una fuerte participación de la sociedad civil.

Ella es necesaria para obtener la legitimidad que requieren los intereses que están en juego.


Félix Peña es Director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Director de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). Miembro del Brains Trust del Evian Group. Ampliar trayectoria.

http://www.felixpena.com.ar | info@felixpena.com.ar


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