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  Félix Peña

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 Diario La Nación | 26 de octubre de 1999

Negociaciones y competitividad


Toronto, Seattle y Bruselas marcan una agenda nacional sobre cómo desafiar los mercados.

La Argentina -junto con todos sus socios del Mercosur- encara a partir de noviembre negociaciones comerciales complejas y prolongadas. Toronto (ALCA), Bruselas (Unión Europea) y Seattle (OMC) constituyen puntos de inflexión en una tríada negociadora de cuyos resultados dependerán en mucho sus posibilidades para competir mejor en el futuro en los mercados mundiales de bienes y servicios.

Tales negociaciones deben ser visualizadas en función de una estrategia de país orientada a facilitar la internalización de la economía argentina y de sus empresas. Supone, para ser eficaz, consolidar la estabilidad macroeconómica y desarrollar políticas públicas de competitividad sistémica, que sólo pueden fructificar en un contexto de sociedad abierta a la innovación, a la productividad y a la cohesión social. Es mucho lo que la Argentina ha progresado en tal dirección. Es mucho lo que aún se debe progresar.

En tal perspectiva, el Mercosur, como plataforma de una estrategia agresiva y dinámica de inserción en el mundo y en la región, es condición necesaria, pero no suficiente, para el éxito de una Argentina que aspira a consolidar su democracia y su transformación productiva, a fin de brindar a sus habitantes los niveles de bienestar a los que legítimamente aspiran.

El mundo no se agota en el Mercosur, ni se ha pactado una alianza excluyente ni exclusiva. Se requiere profundizar las relaciones con todos los demás mercados, sin erosionar por ello las disciplinas comerciales externas del Mercosur.

Se requiere, además, instalar en la sociedad una cultura -casi una obsesión- de la competitividad, la innovación y la solidaridad social, que se nutra de la idea de que el mundo y la región son espacios de oportunidades y de desafíos, que bien entendidos puedan ser transformados en actores motores de crecimiento económico y de prosperidad social.

Competir con bienes y servicios de calidad y negociar condiciones ciertas de acceso a los mercados, en la región y en el mundo, es un imperativo nacional. Trasciende ideologías y banderías políticas. Requiere, sin duda de políticas de Estado y capitalizar lecciones recientes.

A la hora de competir, algunas lecciones pueden extraerse de la experiencia de los últimos años. Ellas no pueden ser ignoradas por quienes producen bienes y prestan servicios en mercados abiertos a la participación de otros competidores, sea el propio mercado interno o los de otros países. Y si son ignoradas, las empresas, cualesquiera que sean su dimensión o su especialización, saben que pagarán altos costos, incluso el de su marginación definitiva del mercado. Algunas de las lecciones más notorias son:

  • Es difícil competir en un entorno de inestabilidad macroeconómica crónica y de ineficiencia generalizada de todos los factores que inciden en la productividad y la calidad.

  • La internacionalización de la economía y la interdependencia de los mercados trascienden explicaciones ideológicas o conspirativas y hay que asumirlas con estrategias de cada país y de cada empresa orientadas a capitalizar sus ventajas y a neutralizar sus efectos más negativos: tienen su propia lógica y dinámica, sus propias reglas de juego, que quien compite debe conocer y aprender a utilizar en función de sus estrategias.

  • En mercados globalizados y regionalizados, los conceptos de exportación e importación cambian su alcance, siendo crecientemente complementados por el de espacios trasnacionales, en los que las empresas operan sus estrategias de producción de bienes o de prestación de servicios, procurando en ellos sus clientes y nutriéndose, cuando así más les conviene, de insumos, partes y piezas de capitales, y financiamiento de ideas y tecnologías.

  • Cooperar y asociarse, e insertarse en redes de producción, de suministros y de comercialización de alcance global y regional es una de las opciones para desarrollar ventajas competitivas.

  • La incorporación constante de progreso técnico, sea de producción y de organización o de logística, es elemento central para competir en economías internacionalizadas. Invertir en organización, en inteligencia económica y en el conocimiento de la lógica implícita de los sistemas económicos que integran el espacio transnacional actual o potencial de una empresa es un factor clave a la hora de planear y concretar estrategias de competitividad.

En el momento de negociar también se pueden extraer lecciones del pasado reciente, válidas para el plano estratégico y el operativo:

  • Las negociaciones comerciales deben reflejar estrategias de competitividad sistémica del país y de sus sectores y regiones. Son parte de una política exterior moderna que, como ha señalado Celso Lafer, significa el arte de correlacionar necesidades internas con posibilidades externas; implican una estrecha coordinación a nivel del gobierno nacional que define requerimientos negociadores en función de estrategias de competitividad -¿quién negocia y quién apoya a los que compiten en el exterior?- y con los gobiernos provinciales; pero también implica una estrecha interacción con el sector privado y una sustancial mejora en la propia coordinación empresarial para seguir las negociaciones y definir sus requerimientos y prioridades.

La dispersión e improvisación es una ventaja que no puede ser otorgada a países bien organizados a la hora de negociar y que saben lo que quieren.

Toronto, Seattle, Bruselas no marcan sólo calendarios e instancias negociadoras. Marcan una agenda nacional, de toda la sociedad argentina, sobre cómo nos organizamos para competir mejor y negociar en el mundo y en el Mercosur. Sólo así podremos negociar con éxito y traducir resultados en oportunidades aprovechables para quienes corren el riesgo de invertir en el país para competir con bienes y servicios, en el propio país, en el mundo y en la región.


Félix Peña es Director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Director de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). Miembro del Brains Trust del Evian Group. Ampliar trayectoria.

http://www.felixpena.com.ar | info@felixpena.com.ar


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