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  Félix Peña

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 Diario La Nación | 17 de noviembre de 1998

Hay un aumento de la tasa de incertidumbre


 

Las dificultades para ingresar en el mercado brasileño, señaló el funcionario, complican al Mercosur

Las dificultades para ingresar en el mercado brasileño, señaló el funcionario, complican al Mercosur

El programa de ajuste que está llevando adelante Brasil para evitar la caída de su programa económico tiene derivaciones en el campo comercial.

Aunque las autoridades del socio mayor del Mercosur han señalado que su propósito no es deteriorar al bloque regional que integra junto con Uruguay, Paraguay y la Argentina, más Chile y Bolivia como asociados, lo cierto es que semana a semana se conocen una serie de medidas que, a priori, parecen contrarías al espíritu del mercado común.

Las portarías (decretos) de los ministerios de Agricultura y Salud que disponen de licencias no automáticas para la importación de productos alimenticios, químicos y farmacéuticos entre otros, despertaron fuertes críticas por parte de las entidades industriales y exportadoras de nuestro país.

Si bien los negociadores argentinos aún no cuentan con evidencias de que los problemas sean tan graves cómo se supuso cuando se conocieron las disposiciones, todo parece indicar que la incertidumbre para los exportadores argentinos al mercado brasileño está en aumento: ''No podemos abrir el paraguas antes de que llueva", dijo el subsecretario de Comercio Exterior, Félix Peña, durante una entrevista con La Nación. "El gobierno brasileño sigue sosteniendo que éstas dificultades se van a corregir, que ninguna de las medidas que se han tomado están orientadas a restringir el comercio dentro del Mercosur" añadió.

Sin embargo, Peña sostuvo que los exportadores de aquellos productos incorporados por los ministerios de Agricultura y de Salud deberían tener "una sensibilidad especial respecto de lo que está ocurriendo en la frontera".

El funcionario consideró que "ningún exportador debería alterar su planes de exportación salvo que tenga evidencia muy concreta de que las dificultades de acceso en el mercado brasileño se traduzcan en aumentos de costos". Esta situación, añadió, puede registrarse con los productos perecederos.

En otra metáfora meteorológica, Peña indicó "Por la información que disponemos, si bien no se ha descargado toda la tormenta, hay picos de lluvia en algunos lugares". Ante esas circunstancias, el mensaje parece ser "radíquense en Brasil porque si van a otro país del Mercosur van a encontrar restricciones".

El enfoque de cuál debe ser una estrategia de las empresas argentinas dentro del Mercosur y particularmente en Brasil va más allá de las dificultades. Pero de alguna manera, los actuales inconvenientes permiten pensar que ése es el enfoque más apropiado. La mayoría de las empresas debería instalarse a dos puntas, aunque reconozco que no es fácil hacerlo. Cuando se planteó el Mercosur, se dijo muy claramente que implicaba crear un marco para cambiar la escala de operación. El enfoque sigue siendo válido porque el trabajo en asociación y alianza con socios locales inversiones en los otros países es lo más recomendable. Y precisamente ahí viene la fuerza del argumento de nuestro sector empresario para que haya certidumbre en las reglas de juego.

Desde el punto de vista del inversor, ¿somos realmente 200 millones de consumidores?, ¿yo puedo acceder a un mercado de este tamaño? y ahí radica el meollo de la cuestión de este momento. Esto no tiene nada que ver con bondades o maldades, no tiene sentido que entremos en una guerra de percepciones.

Vayamos a los hechos y los hechos que tenemos son los siguientes: hay corrientes de comercio muy significativas que a su vez se están traduciendo en decisiones de inversión muy importantes que de repente, como consecuencia de las dificultades económicas que todos conocemos, se están empezando a traducir en una especie de aumento de la tasa de incertidumbre de las condiciones para operar en el Mercosur.

Brasil se queja que aquí se les aplica a algunos de sus productos medidas antidumping y que en el azúcar no hay avances.

Cada uno hay que considerarlo y ponderarlo y colocarlo en su justa dimensión. De ninguna manera se puede afirmar que la Argentina esté aplicando su política y sus instrumentos de comercio desleal con una finalidad proteccionista. Si hay algo que caracteriza a la legislación y a la política de defensa comercial de la Argentina, como la de los otros socios del Mercosur, es el predominio del debido proceso. La idea de que el dumping por parte nuestro sea una forma de eludir el compromiso del Mercosur, en nuestra opinión, no tienen ningún consenso y no se puede argumentar. Se lo hemos dicho claramente a nuestros amigos y socios del Mercosur y estamos muy tranquilos.

Tanto el azúcar como en el sector automotor están dentro del marco de los compromisos que hemos asumido los países del Mercosur en Ouro Preto en 1994. Son dos sectores que quedaron transitoriamente exceptuados del compromiso madre del Mercosur que es "arancel cero" y el arancel externo común que es lo que configura la Unión Aduanera. Claramente están establecidas dos cosas: que para ambos sectores el régimen definitivo debe estar fijado para el primero de enero del 2000 y en ambos casos, el compromiso de libre comercio tiene que estar acompañado por una eliminación de incentivos que distorsionen la competitividad relativa dentro del Mercosur.

Si tenemos arancel cero y libre comercio, no podemos tener al mismo tiempo lo que en la jerga del comercio internacional se denomina el desnivelamiento del campo de juego. Al mismo tiempo, está dicho que tenemos que tener un régimen, para cada uno de éstos sectores para el primero de enero del 2000 y estamos trabajando en eso. De ninguna manera podemos pensar que exceptuemos a ningún sector del Mercosur.

Riesgos
Peña destacó también que las señales de incertidumbre de acceso a los mercados que integran el Mercosur implican un "virus de precariedad" que afectan la confianza del los inversores y empresarios que ven al bloque regional como un mercado único.

Otro término que define a esa situación incierta, añadió, es el de "aladificación", en alusión a la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (Aladi) que en los años sesenta no pudo cumplir con sus objetivos de formar una zona sin trabas para los intercambios comerciales por los incumplimientos de los gobiernos de cada país que formó la organización.

"El Mercosur lo hemos hecho como reflejo de una excelente relación con Brasil y con nuestros socios y como reflejo de nuestra percepción de lo que es necesario hacer para competir y negociar en el mundo", subrayó.


Félix Peña es Director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Director de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). Miembro del Brains Trust del Evian Group. Ampliar trayectoria.

http://www.felixpena.com.ar | info@felixpena.com.ar


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