El acceso a Nafta no estará limitado a países hemisféricos.
Eventualmente, cualquier país extraregional podría plantear
su candidatura. Singapur, o cualquier otro país del sudoeste asiático,
por ejemplo, estarían habilitados para acceder al Acuerdo, incluso
antes que un país hemisférico.
Tal es la conclusión a la que se arriba leyendo el documento descriptivo
de los resultados de las negociaciones que concluyeron días atrás,
entre los Estados Unidos, Canadá y México. Como se sabe
el acuerdo será ahora puesto en "lenguaje jurídico",
luego será inicializado y pasado noventa días será
firmado.
Nada impide que antes de la firma se introduzcan modificaciones. Tal
ocurrió en el caso del Acuerdo de Libre Comercio entre Canadá
y los Estados Unidos. Pero por el momento el documento descriptivo de
la propuesta de acuerdo es el que refleja lo que los tres países
intentan firmar.
Sobre el acceso, por lo menos dos aspectos son importantes desde el punto
de vista de terceros países.
El primer aspecto se refiere a las condiciones para acceder. AL respecto
se establece que podrán acceder otros países o grupos de
países (por Ej. El MERCOSUR) si los países de Nafta estuvieran
de acuerdo. Es decir, un país podría vetar el acceso de
nuevos miembros. EN cada caso concreto se establecerían los términos
y las condiciones del acceso. Concluidas las negociaciones de acceso deberían
ser aprobadas por los procedimientos internos de cada país de Nafta.
En el caso de los Estado Unidos por su Congreso.
El segundo aspecto se refiere precisamente a si Nafta esta solo abierto
a los países hemisféricos o a cualquier país del
mundo. Al no decir nada el Acuerdo, al menos quiere decir que cualquier
país puede aspirar a acceder.
Días pasados en un seminario en Río de Janeiro, un alto
funcionario mexicano confirmo que nafta estaba abierto a otros países,
"en particular" del hemisferio. En el pasado reciente ha habido
manifestaciones de interés por parte de países del sudoeste
asiático.
Tal posibilidad parece contradictoria con la idea misma de la Iniciativa
de las Ameritas. Cuando el presidente Bush la lanzo en julio de 1990,
dijo explícitamente que "este es el momento de hacer del logro
de una zona de libre comercio mundial para las ameritas nuestro objetivo
de largo plazo". Propuso que todos "seamos socios iguales en
una zona de libre comercio que se extienda desde el puerto de Anchorage
hasta Tierra del Fuego". Y mas concretamente señalo lo que
fue la parte medular de su iniciativa: "Anuncio en el día
de hoy que los Estados Unidos esta dispuesto a celebrar acuerdos de libre
comercio con otros mercado de la América Latina y el caribe, particularmente
con los grupos de países que s sean asociado con el propósito
de lograr la liberalización del comercio.
Y el primer paso de este proceso es un acuerdo de libre comercio con
México.
Creo que la idea de presidente Bush esta expresada en forma nítida:
nafta seria el primer paso hacia una zona de libre comercio hemisférica.
Luego le han reafirmado en público y en privado, altos personeros
de la administración americana. Recientemente lo reafirmo Myles
Frechette, el negociador para America Latina del USTS y por cierto, el
negociador del 4 + 1.
Todo hace pensar entonces, que el hecho de que no se hiciera tan importante
salvedad en la propuesta de nafta, se debe a que no hubo cuerdo al respecto
entre los tres países. Siendo tan clara la posición americana,
cabe imaginar que la resistencia a la "reserva hemisférica"
provino de Canadá o de México.
Cabe esperar, que, antes de que el acuerdo se firme, este punto quede
dilucidado. Muchos otros aspectos de Nafta deberán ser examinados
desde el punto de vista del interés nacional argentino y del MERCOSUR.
Al respecto días pasados el canciller brasileños Celso Lafer
anuncio que Itamaraty estaba haciendo un estudio detenido del potencial
impacto desviador de comercio y de intervenciones de Nafta. Lo mismo deberemos
hacer en nuestro país.
Pero el aspecto planteado en esta nota es el más crucial de todos.
SI los países latinoamericanos tuvieran que alinearse en una fila
en la que estén también otros competidores extraregionales.
Nafta podría dejar de ser un punto de partida para un sistema hemisférico
de libre comercio. La iniciativa correría el riesgo de perder su
principal atractivo.
|