En 1983 se han puesto en evidencia los reales alcances de la crisis económica
mundial y sus desvastadores efectos económicos y sociales en los
países en desarrollo, y en particular en los países latinoamericanos.
La Argentina ha tenido claras evidencias de los efectos de esa crisis
en su propia economía. Ello ha conducido a su diplomacia a desempeñar
un activo papel en los foros económicos multilaterales, junto con
los países en desarrollo y con los latinoamericanos, para poner
de relieve una situación que cuestiona seriamente las posibilidades
de desarrollo de un número significativo de naciones y que, incluso,
puede tener serios efectos en laestabilidad y. la paz mundial.
En Cartagena primero, cuando los países latinoamericanos se reunieron
a principios de año, para preparar su posición con respecto
a la VI UNCTAD, y luego en Buenos Aires, en ocasión de la V Reunión
ministerial del Grupo de los 77, le cupo a nuestro país un papel
protagónico en la definición de lo que luego se denominó
la "Plataforma de Buenos Aires", en la que se plasma una propuesta
del mundo en desarrollo para encarar, a través del diálogo
y la concertación, conjuntamente con los países industrializados,
la recuperación económica mundial y la solución de
los problemas más de fondo y estructurales que en última
instancia, explican la profundidad de la crisis. Esta posición
se refleja en el accionar del mundo en desarrollo de la VI UNTAD, en Belgrado,
donde nuestro país fue portavoz de las aspiraciones y planteamientos
del Grupo de los 77 y enla que los resultados fueron decepcionantes por
la incomprensión y dureza de la posiciòn de los países
desarrollados.
LA crisis y la falta de respuesta adecuada a los planteamientos del mundo
en desarrollo, han puesto de manifiesto la necesidad de redoblar los esfuerzos
de acción conjunta latinoamericana para encarar el desarrollo de
sus economìas y para acrecentar su capacidad de negociación
internacional. Fiel a su tradicional postura ante la integración
y la cooperación latinoamericana, y consciente del compromiso histórico
con América Latina, que surge de la actitud de los pueblos de la
región ante la agresión colonialista en las islas Malvinas,
nuestro país ha respaldado con convicción, energía
y entusiasmo, las iniciativas que se han planteado para articular una
respuesta latinoamericana a la crisis mundial. Tal ha sido el caso con
la iniciativa del presidente Osvaldo Hurtado, del Ecuador, que conduce
al "Compromiso de Santo Domingo" y a la convocatoria para enero
de 1984, de una Conferencia Económica Latinoamericana.
De la propuesta Hurtado a la Conferencia Económica Latinoamericana
En efecto, ante la gravedad de la crisis económica mundial, el
presidente del Ecuador, Dr. Osvaldo Hurtado, solicitó a los Secretarios
del Sistema Económico Latinoamericano (SELA) y la Comisión
Económica para América Latina (CEPAL), D. Carlos Alzamora,
y D. Enrique Iglesias, respectivamente, la preparación de un conjunto
de propuestas encaminadas a desarrollar la capacidad de respuesta de América
Latina y el afianzamiento de sus sistemas de cooperación.
Esta iniciativa del presidente Hurtado, apoyada por los gobiernos latinoamericanos,
condujo a concretar la convocatoria de la Conferencia Económica,
Latinoamericana, que tendrá lugar en la ciudad de Quito, Ecuador,
entre los días 9 y 14 de enero de 1984.
Ante la solicitud recibida, las Secretarías del SELA y la CEPAL,
prepararon un documento de apoyo técnico, denominado "Bases
para una respuesta de América Latina a la crisis económica
internacional", así como una carta de presentación
que contiene el planteamiento de fondo realizado en forma conjunta por
ambos Secretarios.
El presidente Hurtado convocó a una reunión de representantes
de Jefes de Estado y Gobierno de América Latina y el Caribe, que
tuvo lugar en la ciudad de Quito, los días 16 y 17 de mayo ppdo.,
donde se hizo entrega de los documentos preparados por SELA-CEPAL. En
el caso de nuestro país, fue designado representante personal del
señor presidente de la Nación, el señor Subsecretario
de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones
Exteriores y Culto, embajador D. Félix Peña, quien representó
a nuestro país en todas las instancias que llevaron a la preparación,
durante 1983, de la Conferencia de Quito. La importancia de los documentos
requería un estudio de fondo por parte de los organismos técnicos
y políticos de los distintos países, en vista de lo cual
se decidió convocar a una reunión del mismo nivel, para
efectuar un análisis de las propuestas allí contenidas.
Tal reunión tuvo lugar en Santo Domingo, República Dominicana,
en los primeros días del mes de agosto pasado, con la asistencia,
para su instalación, del propio presidente Hurtado. Como miembros
de la Mesa fueron elegidos: Presidente: José A. Venga Imbert (Canciller
de la República Dominicana); Vicepresidentes: Fernando Berrocal
Soto (ministro de la Presidencia de Costa Rica); Manuel UIloa (senador
del Perú); Neville Gallimore (ministro de Estado de la República
de Jamaica); Relator: Félix Peña (subsecretario Relaciones
Económicas Internacionales de Argentina).
Como consecuencia del debate sostenido entre las distintas delegaciones,
se aprobó el "Compromiso de Santo Domingo". En este importante
documento; los Representantes Personales de los Jefes de Estado entendieron
- como urgente el desarrollo de acciones inmediatas y la realización
de estudios técnicos y consultas políticas, orientadas a
la adopción de un plan de acción conjunto frente a la emergencia
económica que vive la región. Dicho plan debería
concentrarse, fundamentalmente, en la promoción y fortalecimiento
de la cooperación y de la integración regional; en el estímulo
del comercio intrarregional; en el suministro de alimentos, combustibles
y servicios; y en los problemas financieros y monetarios internacionales.
Se decidió, además, que la Mesa se constituyera en Comité
Preparatorio de la Conferencia y de Seguimiento del Compromiso de Santo
Domingo, y que celebrara su primera reunión en Caracas, en oportunidad
de realizarse el IX Consejo Latinoamericano.
La reunión de Caracas ratificó el concepto expresado en
Santo Domingo, en relación a que la Conferencia es una instancia
política para formular un programa de acción de América
Latina frente a la crisis. Se decide en firme la fecha de realización
y otros aspectos de tipo organizativo. Finalmente, en el aspecto sustancial
se solicitó a los organismqs regionales y subregionales la elaboración
de una serie de propuestas concretas para incorporarse al plan de acción,
en base al programa de trabajo, cronograma y organización acordado
por los organismos en la IV Reunión de los Organismos de Integración
y Cooperación Económica de América Latina, celebrada
en Antigua, Guatemala, del 22 al 24 de agosto de 1983, y que fuera convocada
por el SELA.
Dichas propuestas debían presentarse en San José de Costa
Rica en los primeros días de noviembre, en ocasión de una
nueva reunión del Comité.
En San José, los días 4 y 5 de noviembre, los integrantes
de la Mesa recibieron las exposiciones preparadas por los organismos con
las propuestas por ellos elaboradas. Las mismas serán compaginadas
y ordenadas por representantes del SELA y la CEPAL, en colaboración
con el representante del presidente del Ecuador, embajador E. Santos Alvite
y anticipadas, en forma orgánica, a los países participantes,
en el transcurso de la Asamblea General de la OEA que se llevó
a cabo en Washington.
Puede preverse una intensa actividad diplomática y técnica
durante las semanas previas a la Conferencia, orientadas asegurar su éxito.
Se descuenta la participación de todos los países latinoamericanos,
quienes han sido invitados a hacerla a través de representantes
personales de los Jefes de Estado y de Gobierno, con nivel ministerial.
Se ha anticipado que en el caso de los países de la Mesa, e incluyendo
por lo tanto a la Argentina, el presidente Hurtado invitará a los
propios Jefes de Estado a hacerse presente en el cónclave latinoamericano
de Quito.
La agenda formal de la Conferencia es la siguiente:
- Análisis de la situación económica internacional
y regional, y de sus perspectivas;
- Formulación de un Plan de Acción Latinoamericano, para
hacer frente a la emergencia de la regióri, con especial énfasis
en los siguientes temas:
a. Promoción y fortalecimiento de la integración y cooperación
regionales;
b. Estímulo del comercio intrarregional;
c. Suminstro de alimentos, combustibles y servicios;
d. Problemas financieros y monetarios internacionales.
- Recomendaciones y medidas para la ejecución del Plan de Acción.
El sentido político de la Conferencia Económica Latinoamericana
La conferencia de Quito será un hecho político con contenido
económico. No se trata de una reunión técnica. Es
la consecuencia lógica de un hecho político ya producido
como es el "Compromiso de Santo Domingo". Por él, los
países latinoamericanos se comprometieron a revertir una tendencia.
En lugar de alimentar la crisis con su comportamiento concreto respecto
a las relaciones económicas regionales, y que se traduce en un
brusco deterioro del comercio intralatinoamericano, decidieron sustentarse
en la cooperación y la integración regional para mejor encarar
la crisis. Por ello, decidieron elaborar un plan de acción que
permita movilizar energías, recursos, mercados, inteligencias e
instituciones latinoamericanas, en un gigantesco esfuerzo de respuesta
conjunta, al desafío de supervivencia nacional que significa, para
muchos del nuestros países, el presente cuadro de situación
económica mundial.
Durante 1983 se han efectuado todos los estudios técnicos necesarios
para conformar el plan de acción de Quito. Las semanas previas
a la Conferencia permitirán completar la preparación de
propuestas realistas, que constituyan respuestas eficaces a la situación
que se encara.
En enero de 1984, la Conferencia Económica Latinoamericana de
Quito, constituirá la oportunidad política para el lanzamiento
de ese pacto o alianza latino americana para el desarrollo, única
respuesta racional posible a la crisis económica mundial.
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