Turbulencias, incertidumbres, desplazamiento veloz de ventajas competitivas.
Son rasgos cada vez más evidentes del entorno internacional en
el cual las empresas intentan competir. Los acontecimientos críticos
evidentes en la economía mundial en estas últimas semanas
indican que nada está garantizado. Ni el llamado viento de cola,
ni el desacople, ni el precio de los productos básicos.
En tal contexto, tener éxito en el esfuerzo exportador del país
requerirá que por lo menos tres condiciones sean reunidas -además
de una razonable estabilidad macroeconómica-. Son, las estrategias
ofensivas de las empresas para su inserción en mercados externos;
el apoyo que en el plano de la inteligencia competitiva reciban de sus
propias instituciones empresarias, y la obsesión por colocarse
en la perspectiva de la demanda externa.
Empresas con estrategias ofensivas son aquellas que se insertan en redes
de producción y de servicios, de escala regional y global. O que
desarrollan las propias mediante inversiones. Muchas veces implica la
asociación con empresas de otros países. Ejemplos recientes
son los del Grupo Los Grobo, al asociarse con capitales brasileños,
y de Exolgan, al asociarse con el puerto de Singapur.
Instituciones empresarias al servicio de estrategias ofensivas de las
empresas son aquellas en condiciones de contribuir a la inteligencia competitiva
de sus socios. Ejemplo reciente es el detallado estudio sobre los intereses
de las empresas brasileñas en América del Sur, que acaba
de colocar en su página web la Confederación Nacional de
Industrias del Brasil (http://www.cni.org.br).
Y empresas obsesionadas por sus clientes externos son aquellas que -como
planteó Elvio Baldinelli recientemente en esta columna- piensan
lo que pueden producir para el mundo, en función de la identificación
previa de gustos y preferencias predominantes en los clientes del exterior,
donde sea que estén. Implica un gran esfuerzo por captar lo que
se demanda y de posicionarse para ofrecerlo en tiempo oportuno y con calidad.
Las fuentes de información pueden ser numerosas: socios externos;
antenas de la Cancillería distribuidas en el mundo; navegación
experta por Internet; viajes y ferias; turistas extranjeros; mochileros
y diáspora argentina en numerosos países. La empresa con
intereses ofensivos, inserta en redes transnacionales y con el apoyo de
sus cámaras, puede lograrlo sin muchas dificultades.
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