¿Se podrá tener éxito donde ya se fracasó
una vez? Es la pregunta que surge al constatar que el pasado 2 de septiembre,
en Bruselas, se reunieron en el nivel ministerial el Mercosur y la Unión
Europea y acordaron relanzar las negociaciones birregionales interrumpidas
-tras casi seis años de esfuerzos- desde octubre de 2004, en procura
de un acuerdo de asociación "ambicioso y equitativo".
Tres aspectos caben destacarse al respecto. El primero es que a la vez
que se insiste en la idea de que el acuerdo debe ser ambicioso, se reconocen
las asimetrías existentes entre ambas regiones y la necesidad de
contemplarlas explícitamente. Fue un logro particularmente resaltado
por el ministro Roberto Lavagna. Según cómo avancen las
negociaciones y teniendo en cuenta ideas y propuestas encaminadas desde
1998, tal reconocimiento de asimetrías podría reflejarse
al menos en tres planos.
En primer lugar, en las diferenciaciones en el ritmo y la intensidad
de los compromisos que se asumirán de un lado y del otro -especialmente
en las aperturas de los respectivos mercados-. En segundo lugar, en la
densidad de la cooperación económica que la Unión
Europea otorgue a los países del Mercosur, especialmente a fin
de atender los requerimientos de reconversión de sectores industriales
más sensibles a la apertura del espacio económico birregional.
Y, en tercer lugar, en la posibilidad de aplicar medidas especiales de
salvaguardas para atender dificultades puntuales de reconversión
de sectores industriales del Mercosur.
El segundo aspecto respecto de la primera pregunta es que se ha fijado
un cronograma de reuniones negociadoras. Las dos primeras serán
en el nivel de coordinadores y se realizarán en noviembre y en
febrero próximos. Otra será en el nivel ministerial y se
realizará en un momento por determinar, a comienzos de 2006. También
se han previsto reuniones de diálogo político, sobre cooperación
económica y de consulta con el sector privado y con miembros representativos
de las comunidades de negocios.
Por último, un tercer aspecto a destacar es la no fijación
de una fecha, siquiera tentativa, para concluir las negociaciones. Se
había deslizado la idea que pudieran concluirse en ocasión
de la Cumbre a realizarse en mayo próximo en Viena, entre la Unión
Europea y los países de América latina y el Caribe. Al menos
en público y en lo formal, tal idea no se ha concretado, quizá
como consecuencia de la experiencia que se tuviera con el fracaso del
plazo anterior, que era octubre de 2004, o como reconocimiento de las
incertidumbres que aún enfrenta el proceso negociador. Resulta
difícil a estas alturas prever si las negociaciones permitirán
concluir un acuerdo "ambicioso y equitativo" para antes de la
Cumbre de Viena. La prudencia de los negociadores es comprensible. El
relativo escepticismo, también.
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