Un debate confuso puede acentuar la desvalorización creciente
del Mercosur. Es difícil imaginar que sea conveniente al interés
nacional de la Argentina o de Brasil. Especialmente en el complejo y conflictivo
entorno sudamericano.
En ese debate, percepciones contrapuestas alimentan las respectivas posiciones.
A veces se fundan en hechos. Otras, los distorsionan. No siempre reflejan
visiones racionales y proyectadas al futuro. Por momentos, incluso, generan
la imagen de un deterioro en la calidad de las relaciones bilaterales.
Parece conveniente profundizar el diagnóstico sobre cuáles
son los principales factores que afectan el intercambio comercial y la
pauta de distribución de inversiones productivas entre ambos países.
Ello permitiría precisar si son las reglas de juego del Mercosur
las que explican problemas existentes o si, por el contrario, ellos derivan
de la vecindad geográfica y de eventuales deficiencias de competitividad
estructural. Lo cierto es que pocos visualizan que tales reglas estén
adaptadas a las nuevas realidades de la competencia económica global,
bien distintas de las de las dos décadas anteriores.
Un diagnóstico más preciso facilitaría un debate
menos confuso y proyectado al futuro. Permitiría avanzar en ideas
constructivas orientadas a resolver problemas concretos. Entre otras recientes,
tres merecen destacarse.
Una es del presidente Lula, quien señaló que la Argentina
Brasil deben unirse para cooperar con Paraguay y Uruguay en encarar, en
el marco del Mercosur, sus propios problemas económicos, de inversión
y de comercio exterior.
Otra es del ministro Furlan, quien anticipó que va a proponer
"juntar especialistas, que pueden ser universidades y consultoras
independientes, capaces de pensar soluciones a los conflictos". Agregó
que "tenemos que decir a dónde queremos llegar y cuáles
son las herramientas que nos faltan".
La tercera es de Juan Quirós, presidente de la Agencia de Promoción
de Exportaciones de Brasil, quien propuso la elaboración de una
agenda empresaria en la que se presenten políticas industriales
y se identifique el potencial de complementación, y que una red
de especialistas neutros apoyen en la solución de eventuales controversias.
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