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       En tres planos, el Mercosur ha efectuado progresos recientes: mostró 
        voluntad política para completar la unión aduanera, exhibió 
        desarrollo institucional y ha tejido nuevos acuerdos, especialmente con 
        la Unión Europea y la Comunidad Andina de Naciones. La cumbre de 
        Buenos Aires será una oportunidad para traducir la voluntad política 
        en compromisos creíbles. La hoja de ruta surge del programa de 
        trabajo 2004-2006. La transparencia en los procesos decisorios es una 
        asignatura pendiente en el Mercosur. Lo que importa conocer para entender 
        es calificado de "reservado", como, por ejemplo, los principales 
        anexos de las actas del Grupo Mercado Común y de la Comisión 
        de Comercio. 
      Tres prioridades pueden destacarse en la agenda del Mercosur. La primera 
        es completar la unión aduanera -incluso cuestiones como las perforaciones 
        al arancel externo común, su doble cobro y el reconocimiento mutuo 
        de certificaciones sanitarias, a fin de colocarla en condiciones de ser 
        contraparte eficaz de la Unión Europea en el futuro acuerdo birregional. 
        La segunda es encarar la cuestión de la "flexibilidad pautada", 
        esto es, válvulas de escape aplicables conforme a procedimientos 
        y condiciones preestablecidas, cuando situaciones excepcionales las requieran 
        para períodos limitados. La tercera prioridad es otorgar un fuerte 
        impulso a los foros de competitividad, siguiendo el camino iniciado con 
        el de la cadena de valor de la madera. Lograr algún tipo de facilidad 
        financiera para proyectos por realizarse en Paraguay y Uruguay, como resultado 
        de la acción de tales foros, podría ser un paso hacia etapas 
        más evolucionadas de financiamiento conjunto de proyectos productivos. 
      La iniciativa de la Argentina y Brasil es fundamental para lograr las 
        tres prioridades. Pero Brasil, por su dimensión económica, 
        tiene una mayor responsabilidad en la concreción de iniciativas 
        para fortalecer el Mercosur. Quizás eso tenía en mente Pascal 
        Lamy cuando aconsejó a Brasil, en el marco de las negociaciones 
        con la Unión Europea: "Mostrarse grande en la construcción 
        del Mercosur [...] y cuando se es grande, fuerte, es preciso ser un poco 
        generoso, y siendo fuerte y generoso no se tiene pérdida", 
        dijo en un reportaje aparecido en el diario Valor Económico. 
      
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