Fabricar consenso en los foros negociadores comerciales internacionales
no es tarea fácil. Si lo que se aspira es producir reglas de juego
que sean, a la vez, efectivas, eficaces y legítimas, es preciso
utilizar tecnologías organizativas de alto valor agregado intelectual.
La práctica ha puesto de manifiesto que ello es complejo en el
Mercosur. Lo es más aún cuando se trata de lograr consenso
sobre una agenda muy amplia entre 146 países con intereses, poder
real, experiencias negociadoras y grados de desarrollo muy dispares. Es
el caso de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Una lección de Cancún es que las coaliciones y los métodos
que antes permitían lograr consensos en el GATT y luego en la OMC,
no funcionan bien. El G-20 (o 22 o...¡plus!) sorprendió e
irritó a negociadores europeos y americanos. Pero lo concreto es
que puso en evidencia una nueva realidad del comercio internacional: el
valor de quienes tienen enormes mercados por desarrollar. Demostró
capacidad para impedir. Ahora deberá desarrollar capacidad para
construir consensos. Tiene el problema de ser heterogéneo en sus
intereses. Por ello es vulnerable y quizás precario.
Otra lección es, entonces, que es urgente renovar los métodos
de construcción de consenso en la OMC. Quizá sea conveniente
recurrir al aporte de estadistas con experiencia. Tal es el caso de Peter
Sutherland, ex Director de la OMC, que el 18 de septiembre en el Financial
Times, plantea la necesidad de adaptar los métodos institucionales
a nuevas realidades del poder comercial mundial. No es el único
que opina así. Pero lo relevante es que él preside un consejo
consultivo del director general de la OMC.
En otros ámbitos se ha recurrido al método de escuchar
a los "sabios". Es el caso de Fernando Henrique Cardoso, a quien
sus ex colegas le han solicitado que lidere un grupo de reflexión
sobre los métodos de trabajo de las cumbres iberoamericanas. Podría
ser ésa una parte de la misión encomendada a Eduardo Duhalde
en un Mercosur tan necesitado de mejorar su calidad institucional y de
renovar sus métodos de construcción de consenso, a fin de
generar reglas que efectivamente se cumplan.
También pueden aportar ideas al respecto los foros académicos
y empresarios. La cuestión fue abordada el 25 de este mes en París,
en la reunión anual de la Cátedra Mercosur (http://chairemercosur.sciences-po.fr).
Es parte de la agenda de reuniones próximas de la Red Mercosur
(www.redmercosur.net)
y estará presente en un seminario del BID-Cepii, en Washington,
el 6 y 7 de octubre (www.iadb.org).
En el ámbito empresario no podrá ser ajena a la reunión
de Brasilia, del Foro Empresario Mercosur-Unión Europea, del 28
al 30 de octubre (http://mebf.arcelor.com).
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