El factor confianza juega un papel central en el desarrollo de las relaciones
comerciales internacionales de un país que opera en el comercio
mundial. En especial, es el caso de la confianza en las palabras y en
los compromisos que se asumen por los respectivos gobiernos.
Esto es más relevante aun cuando se trata de los compromisos que
un gobierno asume por su país, en el marco de acuerdos que concluye
con otro u otros países, a fin de desarrollar un trabajo conjunto
de largo plazo. O sea los que tradicionalmente se denominan "acuerdos
de integración económica".
Son compromisos que se supone deberán incidir en decisiones de
inversión y de comercio que adopten los protagonistas del intercambio
comercial, esto es, las empresas.
Desde que en 1950 se inició entre dos países europeos (Alemania
y Francia) el camino de trabajo conjunto que llevó a lo que hoy
es la Unión Europea con sus 27 países miembros, la confianza
en las reglas ha tenido un papel fundamental.
El Brexit señala cual es el camino que un país puede seguir
si no comparte más la idea de trabajo conjunto con otros países
europeos. Esto mismo puede ocurrir si eventualmente un país miembro
del Mercosur hace lo necesario para dejar de serlo.
La experiencia, por lo demás, demuestra que los denominados "procesos
de integración" -o de "trabajo conjunto" entre naciones
contiguas- no son fáciles en su desarrollo.
Lo ponen en evidencia las tensiones que se suelen producir en sus países
miembros y que, eventualmente, pueden incidir en el apoyo social y político
que en un país tenga el respectivo acuerdo. Hay al respecto ejemplos
-incluso muy recientes- tanto en el ámbito del Mercosur como en
el de la propia Unión Europea.
Son ejemplos de problemas que pueden incluso conducir al fracaso del
respectivo proceso de trabajo conjunto. Y que ponen a prueba la capacidad
de los gobiernos -y de sus sectores políticos y empresarios- de
mantener con eficacia el trabajo conjunto con otro u otros países.
No siempre es tarea fácil.
Así como tampoco lo es la de contemplar en las respectivas sociedades
los costos que pueden originarse en el eventual fracaso de un proceso
de trabajo conjunto entre naciones contiguas. Tal el caso de los países
miembros del Mercosur, incluyendo por cierto los de mayor dimensión
relativa, esto es, Argentina y Brasil.
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