¿A LA VEZ, POSIBILIDAD CREIBLE, REALIDAD
CONFUSA Y ESPEJISMOS?
El proceso que conduce hacia el TPP y sus primeros impactos en América
Latina |
por Félix Peña
Octubre 2015
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Al ser una posibilidad creíble el TPP ha entrado
de lleno en la realidad del debate contemporáneo sobre el comercio
internacional. Lo ha hecho a través de las agendas estratégicas,
ofensivas o defensivas, de múltiples protagonistas, sean ellos
gobiernos, empresas, sectores políticos o sociales. Ello se observa
por cierto en países que son parte del TPP. Pero también
se observa en otros países latinoamericanos. La prensa del Brasil
ha reflejado la intensidad del impacto que el anuncio del 5 de octubre
ha producido en el país. Es un impacto que se traduce en la percepción
de que el Brasil y sus empresas, puedan quedar aislados, si es que no
se adaptan a la nueva realidad del comercio internacional. Tal realidad
se reflejaría, precisamente, en el TPP y en los criterios que estaría
fijando en cuanto a alcances y calidades de normas que regulan el comercio
internacional.
Tanto por ser una posibilidad creíble, como
por ser percibido como una nueva realidad - aunque ella sea confusa -,
el "hecho TPP" puede dar lugar a espejismos en las relaciones
comerciales internacionales. Son espejismos que pueden tener efectos positivos
y también negativos. Son positivos si eventualmente se traducen
en la voluntad de alcanzar objetivos constructivos. Son negativos si,
por el contrario, terminan despertando pasiones que se reflejan en percepciones
contradictorias de signo ideológico sobre la realidad.
El TPP y sus posibles derivaciones hacia otros mega-acuerdos
preferenciales, tal como el Trans-Atlántico entre EEUU y la UE,
puede conducir a una potencial fragmentación del sistema del comercio
internacional, con sus consiguientes impactos negativos en la gobernanza
global y en los intereses nacionales de países en desarrollo.
La principal preocupación podría derivarse
de una situación que hoy es posible visualizar. Resultaría
de los efectos acumulados de dos tendencias. La de la proliferación
de mega-acuerdos preferenciales, que de hecho se transformen en una especie
de clubes privados y, por ende, discriminatorios para quienes no son miembros.
Y la del debilitamiento e irrelevancia del sistema multilateral de la
OMC. En tal sentido, la Conferencia Ministerial de Nairobi, en diciembre
próximo, adquiere un mayor significado a la luz de la eventual
puesta en vigencia del TPP.
Son dos tendencias que en su eventual contradicción,
requieren ser observadas en perspectivas que trasciendan el plano económico
y del comercio internacional. Por el contrario requieren, tanto de los
analistas como de los protagonistas, ser visualizadas por sus efectos
en el agotamiento del orden mundial que surgiera del fin de la Segunda
Guerra Mundial, y en los intentos de sustituirlo por una nueva gobernanza
global.
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Siempre fue una posibilidad. Pero ahora el TPP se ha transformado en
una posibilidad creíble. Y como tal se lo percibe ahora como parte
de una realidad, aunque ella sea confusa. Al menos en los países
que son miembros. Pero también en los que debaten sobre sus efectos
y sobre si les conviene seguir el mismo camino. Su riesgo son los espejismos.
Pueden ser la resultante de la necesidad de "vender" el producto.
Esto es, de convencer a las opiniones públicas - a las internas
de los países miembros y a la internacional - que el acuerdo que
se ha logrado y que aún se desconoce en su contenido específico,
es la apertura a un nuevo ciclo del comercio mundial y, por ende, del
desarrollo de todos los pueblos. O de visualizarlo como el equivalente
del mal, resaltando sus eventuales aspectos negativos.
Lo concreto es que el proceso que conduce al Acuerdo Transpacífico
(TPP) ha entrado en una nueva etapa que aspira a ser definitiva, al menos
en la perspectiva de quienes lo impulsan. Los doce países que participan
en la negociación han dado este 5 de octubre, en Atlanta, un paso
significativo hacia la conclusión del Acuerdo. Tales países
son: Australia, Brunei, Canadá, Chile, Estados Unidos, Malasia,
México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.
Sin perjuicio de otros, se estima que Corea del Sur y Taiwan pudieran
ser los próximos a adherir.
Las negociaciones que condujeron al TPP, comenzaron en el 2010, en base
a la cláusula de adhesión del Acuerdo Transpacífico
de Asociación Económica - el Pacific 4 o P4 -, que había
sido suscripto en el 2006 por Chile, Brunei Darussalam, Nueva Zelanda
y Singapur (Ver el texto completo del Pacific 4 en https://www.aduana.cl/.
Ver información del gobierno de Chile sobre los antecedentes, el
contenido y los alcances del P4, en http://www.sice.oas.org/).
Pero falta aún un complejo trecho a recorrer para llegar a la
meta final - esto es la entrada en vigencia del acuerdo -, y los factores
que han alimentado las incertidumbres sobre el resultado final, están
aún presentes.
En primer lugar, deberá ahora terminarse la fase de formalización
del texto acordado en Atlanta. Todo indica que es un paso de alto contenido
técnico y jurídico, pero fácil de dar, al menos desde
un punto de vista político. Se estima que estará concluida
en pocas semanas. Los Ministros de los doce países, al anunciar
la conclusión de la etapa de negociación, señalaron
que "to formalize the outcomes of the agreement, negotiators will
continue technical work to prepare a complete text for public release,
including the legal review, translation, and drafting and verification
of the text". Luego agregaron, "we look forward to engaging
with stakeholders on the specific features of this agreement and undergoing
the domestic processes to put the agreement in place" (ver https://ustr.gov/).
Recién al concluirse esta fase técnica y jurídica,
podrá comenzarse en cada país el debate en profundidad sobre
los contenidos del acuerdo, que se someterá luego a su aprobación
final conforme a los respectivos procedimientos constitucionales. Tener
acceso al texto es importante ya que se sabe que, como en cualquier acuerdo
internacional de comercio, será en la letra fina y en los detalles
donde podrán recién apreciarse los alcances reales de lo
que se pacta. Opinar sobre un acuerdo de comercio sin poder conocer su
texto, no parece algo muy recomendable.
Hasta el momento la transparencia sobre lo que se ha negociado no ha
sido precisamente muy intensa. Al menos, así lo señalan
instituciones representativas de la sociedad civil en los países
participantes de estas negociaciones. Incluso en el caso de algunos de
los capítulos más sensibles, tales como los de propiedad
intelectual y de las inversiones, quienes no son parte del proceso negociador
sólo los habrían podido conocer a través de wikileaks
(ver https://wikileaks.org/
y https://wikileaks.org/).
La cuestión de la transparencia adquiere mayor importancia política
en esta etapa final del proceso de aprobación del acuerdo. Y ello
es así, debido precisamente a que se ha instalado la idea de que,
hasta el presente, el hecho que no se conozcan los textos concretos más
relevantes no haya sido casual. Por el contrario, se observa una tendencia
a estimar que ello pueda deberse a intereses empresarios de evitar un
debate abierto sobre lo que se habrá de acordar en algunas cuestiones
sensibles. Se suele imputar la responsabilidad de la falta de transparencia
a sectores de los países mayores y especialmente de los Estados
Unidos. Cabe tener presente que los dos países de mayor dimensión
económica, EEUU y Japón, junto con Australia y Canadá
representan por lo demás, un alto porcentaje del 40% del producto
mundial que se atribuye al conjunto de los doce países, al menos
cuando se quiere resaltar en el plano mediático la importancia
global relativa que tendrá el acuerdo. Son estos, por lo demás,
los países con una mayor gravitación en cada uno de los
principales indicadores económicos sobre el área que abarca
el acuerdo, especialmente de los utilizados para poner de relieve su importancia
y sus impactos en el contexto del comercio y de la economía global.
Conocer bien el contenido del TPP, también adquiere importancia
por el hecho que pretende ir más allá de lo que ha sido
acordado en otros acuerdos multilaterales o regionales de libre comercio
y, en particular, de lo que ha sido acordado en el ámbito de la
OMC. Su carácter OMC plus, junto con el hecho de ser un acuerdo
que aspira a ser funcional al desarrollo de cadenas de valor de alcance
global, es precisamente uno de los principales argumentos que se están
utilizando para explicar y justificar el TPP.
Por lo demás, el relato predominante en los más entusiastas
promotores del TPP, indica que es sólo un primer paso, hacia una
nueva generación de acuerdos, entre los cuales el siguiente más
importante sería el que se negocia entre los EEUU y la UE. Y que
este primer paso está sentando los estándares de compromisos
internacionales de nueva generación en materia, entre otras, de
propiedad intelectual, inversiones, marcos regulatorios, compras gubernamentales,
nuevas tecnologías, medio ambiente, y condiciones laborales, que
luego serían muy difíciles, incluso imposibles, de evitar
en futuros acuerdos (para un sumario del contenido que tendría
el acuerdo, ver https://ustr.gov/).
Lo que estaría en juego entonces es algo que trasciende el plano
más estricto del sistema comercial internacional. Penetra hondo
en la dimensión geopolítica de las relaciones comerciales
internacionales. Ella es la de permitir apreciar quiénes son los
rules makers del sistema internacional. Pero la redistribución
del poder mundial, que se ha puesto en evidencia en los últimos
años, no da lugar a imaginar que haya países que teniendo
recursos de poder disponibles, acepten pasivamente ser marginados del
proceso de producción de reglas que los puedan afectar. Los casos
de China e India, son sólo algunos que se pueden tener presentes
al respecto. Y hasta el momento ambos países están marginados
del TPP.
En todo caso, la conclusión de las negociaciones del TPP ya tiene
una gravitación que trasciende a sus países miembros. De
allí que sea importante constatar que tras el anuncio del 5 de
octubre, el TPP es visto ya como una posibilidad creíble. Como
tal no podría, entonces, ser ignorado en la estrategia de inserción
comercial internacional y de negociaciones, por ningún país
que aspira a competir con sus bienes, servicios e inversiones en los mercados
mundiales (Ver el artículo de Simon Evenett mencionado en la Sección
Lecturas Recomendadas de este Newsletter). Esto es válido también
en el caso de los países latinoamericanos. Tres países de
la región serán miembros plenos del TPP: Chile, Perú
y México. Otros aspirarán a serlo. De hecho la posibilidad
de incorporarse al TPP ha sido evocada en pronunciamientos y análisis
que se han efectuado en el Brasil y, en particular, en los sectores empresarios.
Otra cuestión es saber si ello es posible en la perspectiva de
los países miembros del TPP.
Asimismo, al ser percibido como una posibilidad creíble -y no
remota- la cuestión del TPP ha entrado de lleno en la realidad
del debate contemporáneo sobre el futuro del sistema del comercio
internacional. Lo ha hecho a través de las agendas estratégicas,
ofensivas o defensivas, de múltiples protagonistas, sean ellos
gobiernos, empresas, sectores políticos o sociales. Ello se observa
por cierto en los países que son parte del TPP. Pero también
se observa -y es muy posible que se observe cada vez más- en otros
países latinoamericanos. La prensa del Brasil ha reflejado la intensidad
del impacto que el anuncio del 5 de octubre ha producido en el país.
Es un impacto que se traduce en la percepción de que el Brasil
y sus empresas puedan quedar aislados, si es que no se adaptan a la nueva
realidad del comercio internacional. Tal realidad, se reflejaría
precisamente en el TPP y en los criterios que estaría fijando con
respecto a alcances y calidades de normas vinculadas con aspectos relevantes
del comercio internacional.
Tanto por ser una posibilidad creíble, como por ser percibido
como una nueva realidad - aunque ella sea aún confusa -, el "hecho
TPP" puede dar lugar a espejismos en las relaciones comerciales internacionales.
Son espejismos que pueden tener efectos positivos y también negativos.
Son positivos si eventualmente se traducen en la voluntad de alcanzar
objetivos constructivos. Son negativos si, por el contrario, terminan
despertando pasiones que se traduzcan en percepciones y debates de signo
ideológico sobre la realidad. Quizás la experiencia acumulada
hace unos años con las negociaciones del ALCA pueda ser útil
al respecto. Y es una experiencia que, en sus connotaciones más
emocionales e ideológicas, podría incluso reproducirse en
relación al TPP.
Hacia el futuro, la principal preocupación podría derivarse
de una situación que hoy ya es posible visualizar. Resultaría
de los efectos acumulados de dos tendencias contrapuestas. La de la proliferación
de mega-acuerdos preferenciales, que de hecho se transformen en una especie
de redes de clubes privados y, por ende, discriminatorios para quienes
no son miembros. Y la del debilitamiento e irrelevancia del sistema multilateral
de la OMC. En tal sentido, los eventuales resultados de la Conferencia
Ministerial de Nairobi, en diciembre próximo, adquieren una mayor
relevancia a la luz de la eventual puesta en vigencia del TPP.
Son dos tendencias que, en su eventual contradicción, requieren
ser observadas en perspectivas que trasciendan el más limitado
plano económico y del comercio internacional. Por el contrario
requieren, tanto de los analistas como de los protagonistas, ser visualizadas
por sus efectos en el agotamiento de un orden mundial que surgiera del
fin de la Segunda Guerra Mundial y en los intentos de sustituirlo por
una nueva gobernanza global.
En todo caso, lo recomendable parecería ser el que la tendencia
a la proliferación de mega acuerdos comerciales preferenciales,
sean ellos regionales o interregionales, se inserte en el marco de un
sistema comercial multilateral global fortalecido. Ello implicaría
mucho liderazgo político, empresario e intelectual, a fin de privilegiar
en los múltiples frentes la idea de la convergencia en la diversidad.
E implicaría revisar reglas de juego del sistema multilateral,
a fin de prever específicamente mecanismos conducentes a la convergencia
en un marco de pluralismo.
A tal efecto, dos elementos claves parecen ser necesarios. Uno es el
de la transparencia en los acuerdos que se negocien, pero no sólo
cuando ellos se concluyan. El otro es el de un mecanismo de arbitraje
técnico independiente - una especie de ombudsperson de la OMC -,
que permita apreciar los efectos de eventuales divergencias y señalizar
hojas de ruta conducentes a la convergencia.
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Lecturas recomendadas:
- Abusada, Roberto; Acevedo, Christóbal; Alchele, Rahel; Felbermayr,
Gabriel; Roldán-Pérez, Adriana, "Dimensiones y Efectos
Económicos de la Alianza del Pacífico", Ifo - Konrad
Adenauer Siftung, Santiago de Chile 2015, en http://www.kas.de/.
- Banik, Nilanjan, "Development through Connectivity. How to Strengthen
India-ASEAN Trade and Commerce", CUTS International, Jaipur, August
2015, en http://www.cuts-citee.org/.
- Bartesaghi, Ignacio, "Efectos del TPP en Asia-Pacífico
y Latinoamérica", en Foreign Affairs Latinoamérica,
Vol. 15, Nro.3, Julio-Septiembre 2015, en http://www.fal.itam.mx.
- Boschi, Renato; Bustelo, Santiago (organizadores), "Brasil e
Argentina. Políticas e Trajetórias de Desenvolvimento",
E-Papers - CNPq - FAPERJ - INCT/PPED, Rio de Janeiro 2015.
- Busanello, Horacio, "China El Gran Desafío ¿Conquistador
o Socio Estratégico?", Prólogo de Bernardo Kosacoff.
Planeta, Buenos Aires 2015.
- Cardoso, Fernando Henrique, "A Miséria da Política.
Crônicas do Lulopetismo e outros Escritos", Civilizaçâo
Brasileira, Rio de Janeiro 2015.
- DaMatta, Roberto, com Vasconcellos, Joâo Gualberto M.; Pandolfi,
Ricardo, "Fé em Deus e pé na tábua. Ou como
e porque o transito enloquece no Brasil", Editora Rocco, Rio de
Janeiro 2010.
- Eltis, David; Richardson, David, "Atlas of the Transatlantic
Slave Trade", Yale University Press, New Haven & London 2010.
- Evenett, Simon, "What does the TPP deal mean for outsiders",
ICTSD-WEF E15, October 2015, en http://e15initiative.org/.
- Krist, William, "Negotiations for a Trans-Pacific Partnership
Agreement", Wilson Center, Program on America and the Global Economy,
Washington DC., December 2012, en https://www.wilsoncenter.org/.
- Laprévote, Francois Charles; Frisch, Sven; Can, Burcu, "Competition
Policy Within the Context of Free Trade Agreements", ICTSD-WEF
E15 Expert Group on Competition Policy and the Trade System, Think Piece,
Geneva, September 2015, en http://el5initiative.org.
- Milani, Carlos R.S.; Echart Muñoz, Enara; Duarte, Rubens de
S; Klein, Magno, "Atlas da Política Externa Brasileira",
Eduerj - CLACSO, Rio de Janeiro 2015.
- Operti Badán, Didier, "Ideas para reformar al Mercosur
en lo Institucional", Consejo Uruguayo para las Relaciones Institucionales
(CURI), Estudios del CURI, N° 09/15, Montevideo, 22 de septiembre
2015, en: http://curi.org.uy/.
- Soares Alsina Júnior, Joao Paulo, "Rio-Branco. Grande
Estratégia e o Poder Naval", FGV Editora, Rio de Janeiro
2015.
- Souza Teixeira, Eduardo Ariel; Borges Correa, Silvia (organizadores),
"Economia Criativa", Coleçâo Contextos e Pesquisas,
ESPM - e-papers, Rio de Janeiro 2015.
- UNCTAD, "Non-Tariff Measures and Sustainable Development Goals:
Direct and Indirect Linkages", UNCTAD, Policy Brief N° 37,
Geneva, September 2015, en http://unctad.org/.
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Félix Peña es Director
del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Director
de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la
Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité
Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
Miembro del Brains Trust del Evian Group. Ampliar
trayectoria.
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