CONECTIVIDAD, COMPATIBILIDAD, CONVERGENCIA,
PREVISIBILIDAD
Condiciones para la integración y la articulación productiva
en un espacio regional |
por Félix Peña
Agosto 2015
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Se ha señalado que al menos tres condiciones
son necesarias para poder avanzar en la integración económica
entre países que comparten un espacio geográfico regional.
Son también condiciones para avanzar en la articulación
productiva entre empresas pertenecientes a distintos países de
un mismo espacio regional. Ellas son la conectividad, la compatibilidad
y la convergencia. Suponen pasos secuenciales que comienzan por la conectividad
física, incluyendo las comunicaciones y todo lo relacionado con
la facilitación del comercio; siguen por la compatibilidad de objetivos,
percepciones y valores y, eventualmente, concluyen con la convergencia
de sistemas, de políticas y de acciones concretas.
En esta perspectiva, pueden entenderse los esfuerzos
que desarrollan países de la región o de subregiones dentro
de ella, tendientes a generar mecanismos institucionales y reglas de juego
comunes para sus relaciones económicas, no sólo como formas
de acrecentar interacciones y por lo tanto la interdependencia, pero también
de regular conflictos, de potenciar los elementos de cooperación,
en fin de tornar administrable tal interdependencia, marcándola
con signos cooperativos y de solidaridad. Es decir, comportamientos funcionales
a la gobernabilidad de un espacio regional compartido.
Pero hay una cuarta condición y que es la de
la previsibilidad de las reglas de juego. Ella es fundamental en la perspectiva
de la sustentabilidad en el tiempo de los acuerdos de integración,
así como en las expectativas que se pueden generar en el plano
empresario a la hora de tener que tomar decisiones de inversión
productiva.
Es en relación a esta cuarta condición,
que cobra toda su relevancia la función del derecho y de los mecanismos
institucionales en el desarrollo de un sistema de interdependencia regional
en América Latina. Ella es la de contribuir a fortalecer fuerzas
centrípetas, en un espacio común que eventualmente podría
estar signado, dada su propia dinámica, por la presencia de poderosas
fuerzas centrífugas. Normas e instituciones comunes adquieren entonces
un sentido histórico y geopolítico, en la perspectiva de
una estrategia destinada a revertir naturales tendencias al conflicto,
en las relaciones entre naciones que comparten una misma región
geográfica.
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Los países latinoamericanos han disminuido gradualmente la marginalidad
relativa que caracterizó por mucho tiempo sus relaciones recíprocas.
Asimismo, el cuadro internacional, con la profunda redistribución
de poder relativo entre las naciones y la nueva geografía de la
competencia económica global, contribuye a la revalorización
del entorno contiguo en las estrategias de desarrollo e inserción
internacional de los países de la región. De allí
que les sea cada vez más difícil mirar con indiferencia
lo que ocurre en su espacio regional.
Tanto en el plano conceptual como en el práctico de las acciones
concretas, en los últimos años los países latinoamericanos
han ido reconociendo la existencia de múltiples medios adaptados
a la finalidad de intensificar sus relaciones recíprocas, y de
potenciar los factores de cooperación e integración con
sus vecinos. Estos medios incluyen los que responden a las características
típicas de un proceso formal de integración económica,
así como otros bilaterales o multilaterales; regionales o parciales
(sectoriales o subregionales); gubernamentales o sociales; de cooperación
frente a terceros o intrarregionales. E incluyen, por cierto, múltiples
modalidades de emprendimientos conjuntos y de asociación entre
empresas de dos o más países de la región (tema abordado
en el Newsletter de junio pasado, del cual el presente es una continuación:
"Encadenamientos productivos transnacionales: Algunas condiciones
que pueden contribuir a su desarrollo y sustentabilidad", en
http://www.felixpena.com.ar/).
Es desde el comienzo mismo de la experiencia iniciada en la región
a finales de los cincuenta del siglo pasado, con la firma de los primeros
Tratados por los que se fijaron formalmente objetivos de integración,
que se fue percibiendo la importancia económica y política
de desarrollar emprendimientos y proyectos conjuntos que abarcaran a dos
o más países, por lo general contiguos. Tal idea fue vinculada
a la puesta en común de espacios y de recursos, sea para la construcción
de una obra física o para el desarrollo de actividades productivas,
que por su naturaleza y alcances requerían ser encaradas en más
de un país. Un puente, un ferrocarril, una presa, un camino, una
interconexión eléctrica, redes de comunicaciones, la explotación
conjunta de recursos naturales, el desarrollo compartido de zonas marítimas
contiguas o comunes, un emprendimiento industrial o la prestación
de servicios, han sido casos típicos. Un ejemplo muy reciente,
con una proyección que trasciende por cierto a la región,
es el de la empresa aérea conjunta que han creado LAN de Chile
y TAM del Brasil.
Los distintos tipos de emprendimientos conjuntos son una de las modalidades
más efectivas para generar "solidaridades de hecho" -
en el sentido planteado por Jean Monnet, uno de los padres fundadores
de la integración europea e inspirador, tanto de su dimensión
existencial como metodológica - entre naciones que comparten un
mismo espacio regional. De ellos resultan efectos de encadenamientos que
pueden contribuir a tornar irreversibles los vínculos económicos
y políticos que se generen. De allí su valor para sostener
en el tiempo los esfuerzos orientados a facilitar la gobernanza de una
región, entendida en el sentido de la prevalencia de la paz y la
estabilidad política en las relaciones entre los países
que comparten un espacio geográfico común.
Tanto en la construcción de la ALALC (1960) primero y luego de
la ALADI (1980), como en las experiencias subregionales tales como las
del original Grupo Andino (1969), del Programa de Integración y
Cooperación entre Argentina y el Brasil - el PICE - (1986), y luego
del Mercosur (1991), la idea de avanzar a través de la integración
sectorial y de emprendimientos conjuntos, estuvo presente. También
lo han estado en Centroamérica y en el Caribe. En el caso del Grupo
Andino se reflejó en la Decisión 46 sobre empresas multinacionales
andinas y, en particular, en los programas sectoriales de integración
industrial. En el caso del PICE y luego del Mercosur, se reflejó
en los acuerdos de complementación económica, por ejemplo
y entre otros, en el sector automotriz y, además, en la Decisión
CMC 3/1990 que reglamentó el muy poco utilizado instrumento de
los acuerdos sectoriales, previsto en el artículo 5° d, del
Tratado de Asunción.
En el desarrollo original de la ALALC, el instrumento de los acuerdos
de complementación industrial, previsto en los artículos
16 y 17 del Tratado de Montevideo de 1960, respondía precisamente
a la idea de avanzar por aproximaciones sectoriales en la construcción
de un espacio de integración latinoamericana. Tenían, por
cierto, una finalidad comercial. Pero su sentido más profundo era
el de promover encadenamientos productivos, con medidas preferenciales
en el plano del comercio orientadas a incentivar las inversiones. Incluso
tal figura es la que quizás mejor reflejaba la concepción
original que impulsó a la negociación de lo que sería
la ALALC. Fue la presión externa la que obligó a insertar
ese primer acuerdo regional en el marco de la figura de zona de libre
comercio prevista en el artículo XXIV del GATT, alterando las ideas
originales que tenían, en particular, la Argentina y Brasil. Ello
está en la base del posterior fracaso de la ALALC y de su transformación
en la ALADI.
Ya en el Tratado de Montevideo de 1980 que creó la ALADI, ocupa
un lugar central la figura de los acuerdos de alcance parcial, definidos
y regulados en sus distintas variantes por la Sección Tercera del
Capítulo II del Tratado y, en lo que se refiere a los acuerdos
de complementación económica, por el artículo 11.
Fueron reglamentados en la Resolución n° 2 del Consejo de Ministro
de la ALALC, del 12 de agosto de 1980 (ver su texto en http://www.aladi.org/).
No requieren la participación de todos los países miembros.
Y a fin de compatibilizar el enfoque del nuevo Tratado con las normas
del GATT y, en especial con su artículo XXIV, los países
de la región miembros del GATT tuvieron un papel protagónico
en impulsar la aprobación en la Rueda Tokio (1979) de la denominada
"Cláusula de Habilitación". Al no existir tal
Cláusula al crearse la ALALC, no había sido posible compatibilizar
el alcance sectorial de los acuerdos de complementación industrial
con el mencionado artículo XXIV del GATT (sobre el alcance original
de la ALALC y en particular de los acuerdos de complementación,
conviene leer las respuestas que los países miembros dieron al
cuestionario que en su momento formulara el GATT a los que eran Partes
Contratantes y, a la vez, miembros de la ALALC. Ver las preguntas en:
https://www.wto.org/,
y ver las respuestas en https://www.wto.org/.
Ver, además, el excelente análisis que efectúa Bernardo
Sepúlveda Amor, en su artículo sobre "El Régimen
de la Nación más Favorecida en el GATT y la ALALC",
en http://codex.colmex.mx,
especialmente páginas 351 y ss.).
En los planteamientos actuales de "convergencia en la diversidad",
especialmente entre los países del Mercosur y de la Alianza del
Pacífico, lo antes señalado puede tener mucha importancia
práctica. Su objetivo sería precisamente facilitar emprendimientos
conjuntos y la articulación productiva entre empresas de países
de la región y el mejor aprovechamiento de la creciente demanda
de bienes y de servicios diferenciados, originada en consumidores urbanos
de ingreso económico de clase media, sea en la propia región
o en países emergentes de otras regiones, especialmente en Asia,
África y Medio Oriente. Pueden ser articulaciones productivas que
se desarrollen en torno a proyectos concretos, incluso por algunos países
que participen en distintos esquemas subregionales de integración,
como pueden ser eventualmente los casos de acuerdos entre algunos países
que son miembros del Mercosur y otros que participan de la Alianza del
Pacífico (ver nuestro documento titulado "América
Latina, entre la convergencia o la fragmentación", en
http://www.felixpena.com.ar/).
Otros elementos importantes en función de una estrategia de articulación
productiva a nivel sectorial, son los que se refieren a los regímenes
de origen, normas técnicas y otros marcos regulatorios. También
ellos pueden ser abordados con un alcance regional dentro del marco institucional
y normativo de la ALADI.
Se ha señalado que al menos tres condiciones son necesarias para
poder avanzar en la integración económica entre países
que comparten un espacio geográfico regional (fueron planteadas,
en su momento, por el economista francés Robert Erbes en un artículo
incluido en la sección Lectura Recomendadas de este Newsletter).
También pueden ser condiciones para avanzar en la articulación
productiva entre empresas pertenecientes a distintos países de
un mismo espacio regional.
Tales condiciones son la conectividad, la compatibilidad y la convergencia.
Suponen pasos secuenciales que comienzan por la conectividad física
incluyendo las comunicaciones y todo lo relacionado con la facilitación
del comercio; siguen por la compatibilidad de objetivos, percepciones
y valores y, eventualmente, concluyen con la convergencia de sistemas,
de políticas y de acciones.
En esta perspectiva pueden entenderse los esfuerzos que desarrollan países
de la región o de subregiones dentro de ella, por generar mecanismos
institucionales y reglas de juego comunes para sus relaciones económicas,
no sólo como formas de acrecentar interacciones y por lo tanto
la interdependencia, pero también como formas de regular conflictos,
de potenciar los elementos de cooperación, en fin de tornar administrable
tal interdependencia, marcándola con signos cooperativos y de solidaridad.
Es decir, comportamientos funcionales a la gobernabilidad de un espacio
regional compartido.
Pero hay una cuarta condición a tener en cuenta. Es la de la previsibilidad
de las reglas de juego. Ella es fundamental en la perspectiva de la sustentabilidad
en el tiempo de los acuerdos de integración, así como en
las expectativas que se pueden generar en el plano empresario a la hora
de tener que tomar decisiones de inversión productiva.
Es en relación a esta cuarta condición, que cobra toda
su relevancia la función del derecho y de los mecanismos institucionales
en el desarrollo de un sistema de interdependencia regional en América
Latina. Ella es la de contribuir a fortalecer fuerzas centrípetas,
en un espacio común que eventualmente podría estar signado,
dada su propia dinámica, por la presencia de poderosas fuerzas
centrífugas. Normas e instituciones comunes cobran entonces un
sentido histórico y geopolítico, en la perspectiva de una
estrategia destinada a revertir naturales tendencias al conflicto en las
relaciones entre naciones que comparten una misma región geográfica.
Precisamente, los resultados de los esfuerzos tendientes a acrecentar
la participación empresaria en las relaciones de cooperación
e integración económica de América Latina, han sido
limitados en su eficacia por el efecto de algunos factores. Entre otros
cabe mencionar el hecho que los empresarios no siempre han podido desarrollar
expectativas de estabilidad, especialmente con respecto a las condiciones
jurídicas y económicas que han caracterizado las aperturas
de mercado, que fueran negociadas en el marco de los acuerdos multilaterales
y bilaterales de integración y cooperación económica.
Ello se ha debido a que muchas veces estos acuerdos han sido concebidos
por los gobiernos como instrumentos promotores de un comercio de corto
plazo, respondiendo más a la idea de préstamo coyuntural
de mercados o a la de comercio de excedentes y faltantes, que a la de
creación de condiciones reales - y no sólo retóricas
- de largo plazo para inducir inversiones, así como para la expansión
y la modernización de actividades productivas.
Los principales factores de inestabilidad en las aperturas de mercado,
conducentes a una situación de imprevisibilidad que suele afectar
el comportamiento empresario en el comercio intrarregional, han sido:
la precariedad jurídica de las preferencias otorgadas, ya que ellas
suelen ser fácilmente alteradas por medidas o comportamientos unilaterales
del país otorgante, y las fluctuaciones bruscas y erráticas
de las paridades cambiarías. El ambiente de inestabilidad puede
tener como efecto, el desestimular a los empresarios impidiendo, muchas
veces, la adopción de decisiones de negocios que justificaran el
costo de emprender acuerdos comerciales o de inversión, con efectos
de largo plazo, entre empresas de distintos países de la región.
Como se ha afirmado con razón, esta precariedad puede ser, de hecho,
el equivalente a una restricción no arancelaria significativa en
el comercio regional.
Los negocios concretos son viables, imaginados en función de mercados
ampliados, como resultado de los marcos que son establecidos por los gobiernos
y que son desarrollados por el nivel administrativo y el de gestión
diaria. Los empresarios tomarán en serio en sus cálculos
tales marcos, sólo en la medida que los perciban como relativamente
estables y efectivos. ¿Correría Ud., señor Presidente
o señor Ministro, riesgos en base a su capital y a sus ahorros,
invirtiendo en una nueva planta industrial, ampliando la capacidad de
producción de la existente, incorporando nuevas tecnologías
productivas o de organización, en función del mercado aparentemente
abierto por un acuerdo preferencial o de integración, que ha firmado
con su colega o colegas de países de América Latina? Tal
es una pregunta clave que debe responder el operador político cuando
concreta en acuerdos, su visión arquitectónica de la integración.
Si la respuesta fuere, eventualmente, negativa o dubitativa, ¿por
qué debería esperarse una respuesta positiva de un inversor
local o extranjero que actúe racionalmente?
Para decidir una inversión o su inserción en una red productiva
transnacional, el empresario no sólo se fijará en la seriedad
del diseño del proceso de integración, y en su racionalidad
económica y política. Se interrogará también
sobre su aplicabilidad práctica cuando su producto llegue a la
frontera aduanera del otro país. Relacionará la prometida
apertura de mercado con los otros factores económicos, internos
y externos, del país de exportación y del de importación,
que puedan incidir en el cálculo de rentabilidad de la inversión
que deberá efectuar para aprovechar la oportunidad de negocio que
se le ofrece.
Los temas de este Newsletter han sido previamente abordados por el autor
en anteriores oportunidades. Ver, entre otros, nuestro artículo
"Empresas
binacionales y multinacionales latinoamericanas: ideas en torno a algunos
de aspectos jurídicos", Revista Derecho de la Integración,
INTAL-BID, Julio 1973, en http://www.felixpena.com.ar;
el Informe "Proyectos Conjuntos y Empresas Conjuntas en la Integración
Económica de América Latina", Serie Estudios, Buenos
Aires 1974; nuestro artículo "Interdependencia regional, proyectos
conjuntos y derecho internacional", en Revista Derecho de la Integración,
INTAL-BID, Diciembre 1981, y nuestro artículo "Concertación
Latinoamericana: Arquitectura de Integración e Ingeniería
de Negocios", capítulo del libro PNUD/CEPAL/RIAL, "Nuevas
formas de concertación regional en América Latina",
Santiago de Chile 1988, en http://www.felixpena.com.ar/).
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Lecturas recomendadas:
- Amstrong, Shiro, "The race to a risky Trans-Pacific Partnership
deal", East Asia Forum, 26 July 2015, en
http://www.eastasiaforum.org/.
- Blom, Philipp, "Fracture. Life and Culture in the West, 1918-1938",
Atlantic Books, London 2015.
- Bryan Starr, John, "Understanding China. A guide to China's Economy,
History, and Political Culture", Hill and Wang, New York 2010.
- Cadot, Olivier; Yang Ing, Lili, "How restrictive are ASEAN's
Rules of Origin", East Asia Forum, 1 August 2015, en http://www.eastasiaforum.org/.
- Caputo, Dante, "Un péndulo austral. Argentina entre el
populismo y el establishment", Capital Intelectual, Buenos Aires
2015.
- Cesar de Oliveira, Susan Elizabeth Martins, "Cadeias Globais
de Valor e os Novos Padroes de Comercio Internacional. Estrategias de
Insercao de Brasil e Canadá". Fundacäo Alexander Gusmäo,
Brasilia 2015, en http://funag.gov.br/.
- Dobbs, Richard; Manyika, James; Woetzel, Jonathan, "No Ordinary
Disruption. The Four Global Forces Breaking All The Trends", PublicAffairs,
New York 2015.
- Dongxiao, Chen, "China aims to set the regional cooperation agenda",
East Asia Forum, 28 July 2015, en http://www.eastasiaforum.org/.
- Erbes, Robert, "Notes sur les trois conditions de l'intégration
économique et plus particulièrement de l'intégration
internationale ", Revue économique, Vol.16, n°4, 1965,
pp. 592-614, en http://www.persee.fr/.
- Grandin, Greg, "Fordlandia. The Rise and Fall of Henry Ford's
Forgotten Jungle City", Metropolitan Books, Henry Holt and Company,
New York 2009.
- Guadagni, Alieto Aldo; Boero, Francisco, "La educación
argentina en el siglo XXI. Los desafíos que enfrentamos: calidad,
deserción, inclusión", Editorial El Ateneo, Buenos
Aires 2015.
- Hoffman, Philip T., "Why Did Europe Conquer The World?",
Princeton University Press, Princeton and Oxford 2015.
- Ioia, María, "The New Rules of Competitive Intelligence",
XLibris, Sidney 2014.
- Maccoby, Michael, "Strategic Intelligence. Conceptual Tools for
Leading Change", Oxford University Press, Oxford 2015.
- McDowell, Don, "Strategic Intelligence. A Handbook for Practitioners,
Managers, and Users", The Scarecrow Press, Langam - Toronto - Plymouth
2009.
- Moïsé, Evdokia; Sorescu, Silvia, "Contribution of
Trade Facilitation Measures to the Operation of Supply Chains",
OECD TPP, n° 181, Paris 2015, en http://www.oecd-ilibrary.org/.
- Morin, Jean-Frédéric; Novotná, Tereza; Ponjaert,
Frederik; Telo, Mario (editors), "The Politics of Transatlantic
Trade Negotiations. TTIP in a Globalized World", Ashgate, Surrey
- Burlington 2015.
- Okano-Heijmans, Maaike; Lanting, Daniel, "Europe finds the China
connection", East Asia Forum, 23 July 2015, en http://www.eastasiaforum.org/.
- Osnos, Evan, "Age of Ambition. Chasing Fortune, Truth and Faith
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- Peña, Félix, "Iniciativas que reclaman toda la
atención", Suplemento del Comercio Exterior, Diario La Nación,
Buenos Aires 28 de julio 2015, en http://www.lanacion.com.ar/1813992-iniciativas-que-reclaman-toda-la-atencion.
- Rattanasevee, Pattharapong, "ASEAN yet to lay the foundations
of the AEC", East Asia Forum, 30 July 2015, en http://www.eastasiaforum.org/.
- Song, Ligang; Garnaut, Ross; Fang, Cai; Johnston, Lauren (eds), "China's
Domestic Transformation in a Global Context", Australian National
University Press, Sidney 2015, en http://press.anu.edu.au.
- Tallon, Carol, "Competitive Intelligence: The Key to Strategic
Advantage", A Guide for Small Business Ownes, NuBooks, Cork, Ireland
2011.
- Tse, Edward, "China's Disruptors. How Alibaba, Xiaomi, Tencent,
and other companies are changing the rules of business", Portfolio-Penguin,
New York 2015.
- Villalobos, Ruy de, "El comercio agropecuario en el Mercosur.
Veinte años después del Tratado de Asunción",
BID-INTAL, Nota Técnica n° IDB-TN 809, Junio 2015, en http://publications.iadb.org/.
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Félix Peña es Director
del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Director
de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la
Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité
Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
Miembro del Brains Trust del Evian Group. Ampliar
trayectoria.
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