INTERÉS NACIONAL, SOBERANÍA
Y COMPROMISOS INTERNACIONALES:
Una tensión que se torna más evidente en épocas de
crisis económicas |
por Félix Peña
Marzo 2012
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En épocas de turbulencias e incertidumbres
que afectan el crecimiento de la economía internacional, como la
que se está viviendo en los últimos años, tiende
a agudizarse un dilema que, de una forma u otra, suele estar presente
en el momento de encarar las políticas comerciales externas de
un país. Es el que resulta de tener que optar, a veces, entre lo
que un gobierno considera que necesita hacer en el plano del comercio
exterior y lo que, por otro lado, puede hacer en forma consistente con
los compromisos asumidos con otros países o, incluso, con lo que
prescribe su propio ordenamiento jurídico interno.
Y el problema se suele plantear se debe a que, a veces,
las medidas que se consideran necesarias -en función de la interpretación
de las realidades económicas o de las políticas o, lo que
es más frecuente, por una combinación de ambas- entran en
contradicción con compromisos formales asumidos con otras naciones,
sea en el ámbito de acuerdos comerciales internacionales o en el
de acuerdos de integración regional. Esto es, chocan con lo dispuesto
por normas jurídicas internacionales libremente pactadas y que,
por lo general, suponen la reciprocidad en los beneficios que de ellas
pueden derivarse.
En la vida real la distinción entre "lo
que quiero o necesito" y "lo que puedo", como eventual
dilema a la hora de aplicar políticas comerciales que puedan ser
calificadas como "proteccionistas" o "contrarias a las
reglas pactadas", requiere tomar en cuenta el balance de poder relativo
entre un país, y aquél o aquellos que puedan considerarse
afectados por las medidas que se apliquen. Cuanto más poder relativo
tiene un país, mayor será la tendencia a colocar la interpretación
de los compromisos internacionales asumidos, en el marco del ejercicio
de la respectiva soberanía nacional.
En un mundo de interdependencia densa, de asimetrías
de poder relativo, de multiplicidad de intereses cruzados, de complejas
redes productivas transnacionales, la mayoría de los países
intentan al menos, aparecer como fieles cumplidores de las reglas pactadas.
Pero suelen dan por supuesto que en la realidad y en la medida que sea
posible, cuando las circunstancias lo requieran ejercerán la voluntad
soberana nacional. En tal caso, cabrá a los expertos gubernamentales
presentar tal ejercicio de la soberanía nacional como consistentes
con los compromisos internacionales asumidos.
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En las relaciones comerciales internacionales de las últimas
décadas, siempre se ha observado una tensión entre el interés
nacional y el ejercicio de la soberanía, por un lado y por el otro,
los compromisos asumidos por el respectivo país en el marco de
acuerdos internacionales, sean ellos globales o regionales. Es una tensión
que se torna más evidente cuando la economía mundial atraviesa
períodos de fuerte crisis sistémica.
En efecto, es en épocas de turbulencias e incertidumbres que afectan
el crecimiento de la economía internacional, como la que se está
viviendo en los últimos años, cuando tiende a agudizarse
un dilema que, de una forma u otra, suele estar presente en el momento
de encarar las políticas comerciales externas de un país.
Y se agudizan precisamente porque toda crisis económica tiene un
incidencia en la definición de ganadores y perdedores, sea entre
los países que participan de la competencia económica global,
sea entre los que participan en el ámbito de una economía
interna en su condición de empresarios, de trabajadores, de consumidores.
Se trata del dilema que resulta de tener a veces que optar entre lo que
un gobierno considera que necesita hacer en el plano del comercio exterior
y lo que, por otro lado, se supone que puede hacer si es que procede conforme
a los compromisos asumidos por su país con otros países
o, incluso, a lo que prescribe su propio ordenamiento jurídico
interno.
El efecto de una crisis internacional sobre el comportamiento de una
economía nacional y, en particular, sobre el nivel de empleo -por
ende, sobre el humor de los ciudadanos-, conduce muchas veces a plantear
la necesidad de restringir los flujos de bienes originados en el exterior
o a adoptar distintos tipos de medidas, incluso imaginativas y en lo posible
poco notorias, que en la práctica permitan administrar la densidad
y, eventualmente, el origen, de los flujos comerciales externos.
El planteamiento de tal necesidad puede deberse a muchas razones y entre
otras, a la presión de intereses aparentemente afectados de empresarios
y trabajadores que demandan entonces protección, pero también
a las dificultades para financiar eventuales desequilibrios comerciales
externos. Son razones que suelen prestarse a muchas controversias, sean
ellas originadas en valores e intereses, en ideologías o en los
requerimientos del juego político interno, esto último especialmente
cuando en el respectivo país se está desarrollando un proceso
de conduce a elecciones de sus gobernantes o de sus representantes.
El problema que se suele plantear es que, a veces, las medidas que un
gobierno considera necesario adoptar -en función de su interpretación
de las realidades económicas o de las políticas o, lo más
frecuente, por una combinación de ambas- entran en contradicción
con compromisos formales asumidos con otras naciones, sea en el ámbito
de acuerdos comerciales internacionales (por ejemplo, el GATT-OMC) o en
el de acuerdos de integración regional (por ejemplo, el Mercosur).
Esto es, chocan con lo dispuesto por normas jurídicas internacionales
libremente pactadas y que, por lo general, suponen la reciprocidad en
los beneficios que de ellas pueden derivarse. Son normas, por lo demás
que a veces no poseen de la flexibilidad que se requiere para contemplar
situaciones de emergencias económicas. Por ejemplo que carecen
de válvulas de escape que sean fáciles de aplicar en determinadas
condiciones.
Al ser así, las respectivas medidas pueden dar lugar a reclamaciones,
por ejemplo en el marco de los mecanismos de solución de controversias
como los que existen en la OMC y en el Mercosur, entre muchos otros. Claro
está que los tiempos necesarios para la plena aplicación
de un mecanismo de solución de controversias y de sus eventuales
resultados, suelen ser más largos que los de los requerimientos
prácticos que conducen a aplicar medidas que puedan ser objeto
de eventuales reclamaciones.
De allí que a veces un gobierno se inclina a aplicar medidas que
podrían ser consideradas como restrictivas, aún sabiendo
que puedan ser objeto de reclamaciones en función de compromisos
jurídicos internacionales (ver, por ejemplo, la nota de Sergio
Leo titulada "Liçôes de una guerra cambial", en
Valor Econômico, del 5 de marzo 2012, cuando señala que "no
caso da política comercial, há integrantes do governo que,
em conversas reservadas, assumen que estâo dispostos a levantar
barreiras a importaçoes mesmo que contrariem compromisos internacionales
de país, como as da OMC -como foi o caso evidente do aumento do
Imposto sobre Produtos Industrializados (IPI), sobre automóveis
importados". Sergio Leo es un periodista muy bien informado. Lo que
el sostiene en esta nota probablemente sería aplicable a integrantes
de gobiernos en otros países).
Y las medidas que se apliquen también pueden dar lugar a represalias
comerciales. Una suerte de escenario en el "si tu proteges",
"yo me protejo". Ha sido algo frecuente en la historia larga,
incluso en el camino ascendente hacia conflictos políticos de envergadura,
que son aquellos que han terminado en guerras.
En la vida real la distinción entre "lo que quiero o necesito
hacer" y "lo que puedo hacer", como eventual dilema a la
hora de aplicar políticas comerciales que puedan ser percibidas
como "proteccionistas" y "contrarias a lo pactado",
requiere tomar en cuenta el balance de poder relativo entre un país,
y aquél o aquellos que puedan considerarse afectados por las medidas
que se apliquen.
Es algo que puede medirse en términos de cuán prescindibles
son, para ambos lados implicados en los efectos de un restricción
comercial, los flujos de comercio e inversión provenientes de los
respectivos países. Eventualmente el grado de prescindibilidad
comercial puede ser compensado por el valor geopolítico que el
país que adopta las medidas restrictivas tiene para el que se considera
afectado. Es lo que suele explicar políticas de "paciencia
estratégica" que en tales casos se suelen aplicar.
Cuanto más poder relativo tiene un país, mayor será
la tendencia a colocar los compromisos internacionales asumidos, en el
marco de la respectiva soberanía nacional. Surgen claros en tal
caso, los límites de un sistema comercial internacional institucionalizado,
sea éste global o regional. No hace mucho en Buenos Aires, el entonces
Presidente Lula ilustró con franqueza lo antes mencionado. Refiriéndose
al Mercosur -y en la parte improvisada de un discurso rico en análisis
y propuestas constructivas sobre el emprendimiento regional en el marco
de la economía mundial- sostuvo que: "Se juntarmos os interesses
de Argentina e Brasil, mais os interesses de países emergentes
como nós, os interesses da América do Sul - temos que construir
os consensos no limite do possível para andar juntos no mundo,
defendendo a mesma bandeira - nós poderemos fazer diferença
nas negociações internacionais. Obviamente que sem abrir
mão da soberania de cada país, fazendo os acordos bilaterais
que cada país entenda ser melhores. Isso nós não
discutiremos porque a soberania dos países é intocável,
os interesses soberanos de cada Estado são intocáveis, mas
poderemos construir muitas coisas juntos". Fue un mensaje claro ante
empresarios argentinos sobre los que, en su opinión, eran los límites
a lo comprometido entre los países del Mercosur: la soberanía
nacional es intocable (ver el texto completo del discurso, pronunciado
en el marco de un Encuentro binacional de empresarios de Argentina y del
Brasil, el 4 de agosto de 2008, en http://www.itamaraty.gov.br/).
La diplomacia presidencial tiene entre sus ventajas la de permitir, a
veces, a los Jefes de Estado expresar con franqueza lo que muchas veces
no se reconoce en forma explícita. Concretamente, en momentos en
que muchos son los países que recurren a medidas restrictivas del
comercio internacional, difícil es que instancias gubernamentales
competentes reconozcan abiertamente que por sobre los compromisos jurídicos
asumidos, por ejemplo, en el marco de la OMC o del Mercosur, están
los intereses nacionales tal como lo interpreta en un momento determinado
el respectivo gobierno en ejercicio de la soberanía.
Por el contrario, lo razonable es que se presenten formalmente políticas
comerciales externas y las medidas que inciden en el comercio exterior,
como consistente con las reglas de juego comprometidas en el plano internacional.
Incluso, las respectivas medidas son elaboradas de tal forma que pueda
resultar muy difícil argumentar sobre su inconsistencia con lo
pactado. La regla sería algo así como "perro que muerde
no ladra". De allí que normalmente los gobiernos cuenten entre
sus funcionarios y sus asesores, con los mejores especialistas en el derecho
del comercio internacional.
En un mundo de interdependencia densa, de asimetrías de poder
relativo, de multiplicidad de intereses cruzados, de complejas redes productivas
transnacionales, la mayoría de los países intentan al menos,
aparecer como fieles cumplidores de las reglas pactadas. Dan por supuesto
que en la realidad y en la medida que sea posible, cuando las circunstancia
lo requieran se ejercerá la soberanía nacional "que
es intocable". En tal caso cabrá a los expertos gubernamentales
presentar tal ejercicio de la soberanía nacional como consistentes
con los compromisos internacionales asumidos.
Una reciente iniciativa del gobierno del Presidente Obama ilustra sobre
la sensibilidad creciente a las "desnivelaciones del campo de juego"
en el comercio internacional. Es la de la creación de un centro
de coordinación de las agencias con competencias para velar por
la aplicación de los derechos que tienen los Estados Unidos por
los compromisos asumidos en el plano internacional, como también
por la aplicación de la legislación interna (Interagency
Trade Enforcement Center) (ver el texto de la norma y sus fundamentos
en http://www.whitehouse.gov/).
Se ha interpretado la creación de esta agencia como una decisión
orientada a actuar cuando quienes compiten con los Estados Unidos no "juegan
conforme a las reglas". Coincide la medida con signos claros de aumento
de tensiones comerciales entre China y los Estados Unidos, en particular
por una reciente legislación del Congreso que incide en las medidas
de defensa comercial que se aplican a productos provenientes de China
(ver al respecto en Bridges Weekly Trade News Digest, las notas tituladas
"White House Trade Momentum Builds as Election Heats Up", ,
Volume 16 - Number 8 - 29th February 2012, en http://ictsd.org/
y "US Congress Takes Aim at Beijing, Preserves Anti-Subsidy Tariffs",
Volume 16 - Number 9 -7th March 2012, en http://ictsd.org/.
Para una versión del lado chino sobre las medidas adoptadas por
el Congreso americano en relación a los subsidios otorgados en
una economía que no es de mercado, ver la nota "Chinese lawmakers
slam U.S. trade bill as protectionism", en Xinhua News - 8th March
2012, en http://news.xinhuanet.com/.
Sobre la defensa comercial en relación a importaciones originadas
en China y las dificultades que se presentan en la práctica, ver
la nota de Assis Moreira, "Países reforçam defesa comercial
contra importaçâo da China", en Valor Econômico
del 5 de marzo 2012).
Lo concreto es que cada vez más está quedando en evidencia
la importancia de, por un lado, fortalecer los marcos institucionales
del comercio internacional -sea en el plano global, como en el regional
y, cada vez más, en el interregional- adaptándolos a las
actuales realidades y, por el otro lado, introducir criterios y mecanismos
de flexibilización que permitan atender las emergencias económicas
que confrontan los países, en particular, los que más puedan
quedar afectados por asimetrías de poder relativo y de grados de
desarrollo existentes (ver al respecto este Newsletter de los meses de
enero
2009, mayo
2009 y agosto
2009; junio
2011 , agosto
2011 y octubre
2011, y enero
2012). Y también pone de manifiesto la necesidad de encarar,
especialmente en el ámbito de la OMC, el tratamiento de políticas
y medidas que configuran el cuadro de las denominadas "guerras cambiarias"
.Este tema comenzará a ser abordado en un seminario que se desarrollará
en la OMC a fin de este mes de marzo.
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Lecturas recomendadas:
- Altman, Roger, "The Global Economic, Financial and Political
Outlook for 2012", Chatham House, Transcript, London, 8 February
2012, en http://www.chathamhouse.org/.
- Appiah, Kwame Anthony, "The Honor Code. How Moral Revolutions
Happen", W.W. Norton & Company, New York-London 2010.
- Ascúa, Rubén; Beltrán, Carlos, "Exportaciones
argentinas. Una mirada desde Santa Fe", con prólogo de Bernardo
Kosacoff, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe 2006.
- Briceño Ruiz, José (editor), "El Mercosur y las
complejidades de la integración regional", Editorial Teseo,
Buenos Aires 2011.
- Condliffe, J.B., "The Reconstruction of World Trade. A",
George Allen & Unwin Ltd, London 1941.
- Deutsche Post DHL, "Delivering Tomorrow. Logistics 2050. A Scenario
Study", Deutsche Post Ag, Bonn, February 2012, en: http://www.dp-dhl.com/.
- ECLAC-OECD, "Latin American Economic Outlook 2012. Transforming
the State for Development", Overview, en http://www.oecd.org/.
- European Commission, "Trade and Investment Barriers. Report 2012",
COM(2012)70, Brussels 2012.
- Ikenberry, G.John, "After Victory. Institutions, strategic restraint,
and the rebuilding of order after major wars", Princeton University
Press, Princeton-Oxford 2001.
- IRI, "Relaciones Internacionales - 1991-20 años de la
Revista-2011", Instituto de Relaciones Internacionales, Universidad
Nacional de La Plata, Año 20, N° 41, La Plata, Junio-Diciembre
2011.
- Kempt, Geoffrey, "The East Moves West. India, China, and Asia's
Growing Presence in the Middle East", Brookings Institution Press,
Washington D.C. 2010.
- Lamy, Pascal, "Global governance requires localising global issues",
speech at the Oxford Martin School, Oxford University, March 8, 2012:
http://www.wto.org/.
- Laplantine, Francois; Alexis Nous, "Mestizajes. De Arcimboldo
a zombie", Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires 2007.
- Lindner, Evelin, "Making Enemies. Humiliation and International
Conflicts", Praeger Security International, Westport, Connecticut-London,
2006.
- Lindner, Evelin, "Emotion and Conflict. How Human Rights Can
Dignify Emotion and Help Us Wage Good Conflict", Praeger, Westport,
Connecticut-London 2009.
- Naïr, Sami, "La Europa mestiza. Inmigración, ciudadanía,
codesarrollo", Galaxia Gutenberg, Barcelona 2010.
- Pennetta, Piero, "Integración e integraciones. Europa,
América Latina y el Caribe", Universitá Degli Studi
di Salerno-Universidad Católica de Colombia-Editorial Planeta,
Bogotá 2011.
- Peña, Félix, "Adaptación a las nuevas realidades:
un desafío para las instituciones globales y regionales del comercio
internacional", Revista del IRI, N° 41, La Plata, Junio-Diciembre
2011, páginas 149 a 157.
- Pomfret, Richard, "Lecture Notes on International Trade and Policy",
World Scientific, Singapore 2008.
- The Evian Group, "Equitable and Sustainable Globalisation. Principles
for Global Governance", Evian Group Taskforce Meeting, Summary
Report, IMD, Lausanne, February 09, 2012, en http://www.imd.org/.
- UN-Habitat, "The Challenges of Slums. Global Report on Human
Settlements 2003", United Nations Settlements Programme, Nairobi
2003, en: http://www.unhabitat.org/.
- Velazco, Julio Cesar y otros, "La crisis mundial vista desde
Bolivia. Lecturas Económica y Política (2008-2011), Fundaciones
Vicente Pazos Kanki, Konrad Adenauer y Milenio, La Paz, Diciembre 2011,
en http://www.ibce.org.bo/.
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Félix Peña es Director
del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Director
de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la
Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité
Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
Miembro del Brains Trust del Evian Group. Ampliar
trayectoria.
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