La V Cumbre América Latina y el Caribe-Unión Europea (ALC-UE),
realizada el 16 y 17 de mayo en Lima, tuvo una excelente organización
- el crédito ha sido del gobierno peruano - y un buen nivel de
participación de los líderes políticos convocados.
Estuvieron prácticamente todos los Presidentes latinoamericanos.
Y por Europa, además de la Comisión Europea, un número
significativo de países estuvo representado o por Jefes de Estado
o por Jefes de Gobierno. Hubo excepciones notorias, siendo quizás
la más relevante la de Gran Bretaña.
Los resultados formales de la Cumbre, constan en una extensa Declaración
Final de 17 páginas y 57 puntos (su texto completo puede consultarse
en el siguiente
link). Se divide en tres partes. La primera se refiere al futuro de
las relaciones bi-regionales y a las negociaciones de los pendientes acuerdos
de asociación. Las otras dos se refieren a los temas centrales
de la agenda, que fueron el de la pobreza, la desigualdad y la exclusión
social, y el de la protección del medio ambiente, el cambio climático
y la energía.
La próxima Cumbre bi-regional se realizará en España
(aún no se ha definido en que ciudad, estimándose que probablemente
será en Cádiz o en Sevilla) en el 2010. ¿Cómo
asegurar entretanto el seguimiento de los puntos acordados en Lima? Es
una preocupación que se observa desde hace tiempo en relación
a la mecánica de trabajo entre las dos regiones. Tiene mucho que
ver con el hecho que la región latinoamericana no presente el grado
de organización y, por ende, de coordinación que sí
tiene la europea. Por lo demás solo unos pocos de los puntos incluidos
en la Declaración de Lima, tienen calendarios y hojas de ruta concretas
para su incorporación a la realidad. Incluso reiteran mucho de
lo que se ha sostenido en Cumbres anteriores. Quizá sea por ello
que el Presidente Alan García, al clausurar como dueño
de casa la Cumbre, señaló la importancia de asegurar
en el futuro el seguimiento y cumplimiento de lo acordado.
Lo cierto es que los resultados de Lima, refuerzan la impresión
de que será necesario en adelante poner más énfasis
en los mecanismos de seguimiento de lo que se acuerda al más alto
nivel político. La experiencia acumulada por la propia Unión
Europea en otras regiones puede ser útil al respecto. En particular,
algunos de los métodos de trabajo que se emplean en las relaciones
con el Asia en el marco de la ASEM, podrían ser tomados en cuenta
para futuros desarrollos en el ámbito euro-latinoamericano (ver
al respecto el siguiente sitio).
En tal sentido, puede destacarse que uno de los compromisos de Lima apunta
en la buena dirección. Es el contenido en el punto 53 de la Declaración
Final, redactado en los siguientes términos: "Hemos decidido
considerar la creación de una Fundación ALC-UE concebida
como un estímulo para deliberar sobre estrategias comunes y acciones
orientadas al fortalecimiento de nuestra asociación bi-regional,
así como a aumentar su visibilidad. Con este objetivo, se establecerá
un Grupo de Trabajo bi-regional abierto para preparar los posibles términos
de referencia de dicha Fundación. Un informe será presentado
a la Reunión de Altos Funcionarios, para ser considerado en su
primera reunión de 2009".
La propuesta se habría originado en España y es por ello
que puede estimarse que su concreción se producirá, o antes
o durante la Cumbre del 2010 a realizarse en ese país. Fueron los
parlamentarios de ambas regiones, en la reunión que realizaron
también en Lima antes de la Cumbre, quienes impulsaron la iniciativa
en los siguientes términos: "Crear una Fundación Euro-Latinoamericana
para la promoción del diálogo entre los socios, de carácter
mixto, en línea con las ya existentes para otras áreas geográficas"
(ver
documento).
Un precedente concreto de tal Fundación y que probablemente se
tomará en cuenta en los trabajos preparatorios de su creación,
es el de la Asia-Europe Foundation establecida en 1997 (sobre sus antecedentes,
su organización y sus múltiples actividades, especialmente
aquellas destinadas a profundizar las relaciones entre las sociedades
civiles de ambas regiones, incluyendo los medios académicos, ver
http://www.asef.org).
Pero más allá de los temas de la agenda formal, tres conceptos
pueden destacarse como dominantes en muchos de los pronunciamientos que
trascendieron de la Cumbre de Lima, incluyendo los de la Cumbre Empresarial
realizada el día 15 de mayo (sobre la reunión empresarial,
ver http://www.alcue2008.com/content/index.php).
Ellos fueron el de la inversión, el de la seguridad jurídica
y el de la flexibilidad.
Perú, como país sede, puso mucho énfasis en demostrar
cuán atractivo es para la inversión, incluyendo la extranjera.
Fue un tema central del Presidente Alan García - excelente comunicador
como lo destacara José Luis Rodríguez Zapatero, el jefe
del gobierno español (ver en tal sentido la nota de prensa 1321
de la Presidencia del Perú en http://www.presidencia.gob.pe/contenido.asp)
- quien, especialmente en la reunión empresarial, puso el acento
en tres ideas. La de que la democracia no es viable si hay hambre, miseria,
desocupación sin protección social. La de que el empleo
resultante de la inversión productiva es el mejor programa social.
Y la de que los modelos de cohesión social - un tema dominante
en la Cumbre de Lima - no se pueden importar, ya que deben surgir de las
propias realidades de cada país.
A su vez, el de la seguridad jurídica fue un concepto central
en las presentaciones de Benita Ferrero-Waldner, la responsable de Relaciones
Externas de la Comisión Europea. Especialmente ante los empresarios,
recordó que el crecimiento económico es la resultante de
la inversión productiva y que para que haya inversión -
no sólo la extranjera - se requieren marcos legales que ofrezcan
niveles adecuados de seguridad jurídica.
Y el concepto de flexibilidad estuvo presente en relación a las
negociaciones pendientes para concluir los acuerdos de asociación,
en particular en el caso de la Comunidad Andina de Naciones. Por un lado,
la flexibilidad requerida por países de menor desarrollo relativo,
especialmente por Bolivia y Ecuador, en cuanto a la posibilidad de introducir
en el respectivo acuerdo, criterios y mecanismos de múltiples velocidades
que tomen en cuenta las asimetrías existentes en sus relaciones
con los países de la Unión Europea. Pero también,
por el otro lado, en cuanto a la posibilidad de que puedan avanzarse acuerdos
de la Unión Europea con aquellos países de la CAN que estuvieran
dispuestos y en condiciones de así hacerlo. Concretamente ha sido
éste el planteo que formularon los Presidentes del Perú
y de Colombia.
De Lima ha quedado clara la idea de que la Unión Europea intentará
concluir los acuerdos de asociación que están pendientes,
especialmente con la CAN y con Centroamérica, durante el año
2009. Pero también ha quedado flotando la idea de que si ello no
fuera posible, no habrá que excluir que finalmente se recurra a
acuerdos bilaterales. Una impresión dominante es que la Unión
Europea no ve como conveniente a sus intereses, el que no pueda celebrar
acuerdos de libre comercio con aquellos países que ya lo han hecho
con los Estados Unidos - tal el caso del Perú y de los de Centroamérica
- o que pudieran eventualmente hacerlo en el futuro - tal el caso de Colombia
-. Podría suponerse que el plazo del año 2009, tiene que
ver precisamente con el impacto que en esta cuestión de la conclusión
de acuerdos de libre comercio tendrá la política comercial
que finalmente sigan los Estados Unidos una vez que asuma en enero próximo
el Presidente que resulte electo en noviembre.
En tal sentido, se observa un creciente escepticismo en Europa con respecto
a los acuerdos de integración en América Latina, al menos
como ellos fueron concebidos hace ya unos años. Ello no implicaría
abandonar la idea del apoyo a la integración regional - uno de
los pilares, junto con la democracia y la cohesión social, de la
estrategia europea de asociación bi-regional -, pero sí
podría implicar una revisión en profundidad de los métodos
que se emplean para lograr tal objetivo.
Tal como estaba previsto, en Lima no se registraron progresos en las
negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur. Se reiteraron
las posiciones conocidas, especialmente en cuanto al vínculo de
tales negociaciones con los resultados que puedan obtenerse en la Rueda
Doha - cuya conclusión este año sigue siendo incierta -,
y también en cuanto a las responsabilidades respectivas en el fracaso
en obtener, hasta el presente, el necesario equilibrio de lo que ambas
partes están dispuestas a ofrecer. La Unión Europea mantuvo
además, una nueva reunión bilateral con el Brasil, confirmando
así su interés en desarrollar una relación especial
al igual que con México.
Resulta útil extraer algunas conclusiones de este nuevo episodio
de la diplomacia de las Cumbres. Una se refiere al carácter inevitable
de las Cumbres. Cualquiera que sea la opinión que se pueda tener
sobre su relevancia relativa, lo cierto es que ellas - sean las de alcance
regional, como la próxima Cumbre de las Américas que tendrá
lugar en Trinidad Tobago en abril de 2009 o inter-regional, como la Cumbre
de la APEC también en Lima, en noviembre próximo - seguirán
realizándose y que se han transformado en una dimensión
ineludible de la diplomacia multilateral. El no asistir o el no tener
una presencia significativa, puede tener costos que corresponderá
a cada país el ponderar.
Otra conclusión se refiere al hecho de que sus resultados para
cada país participante - más allá del alcance de
sus Declaraciones finales -, dependen de la estrategia que desarrolle
para aprovechar el respectivo evento en términos de su imagen internacional
y de su capacidad de interlocución con otros países y, en
particular, con aquellos que tienen un papel protagónico en el
sistema internacional y en la competencia económica global.
Ello implica que en la agenda de cada país, conviene tener presente
el calendario - y también la sede - de las próximas Cumbres
relacionadas con los principales espacios de su inserción internacional.
Una preparación adecuada trasciende a los respectivos gobiernos,
ya que en forma creciente el impacto real y mediático de cada Cumbre
depende también del grado de participación de empresarios,
parlamentarios y representantes de la sociedad civil, especialmente en
los eventos paralelos que suelen desarrollarse.
Además de las Cumbres del Mercosur - la próxima tendrá
lugar en Tucumán en el mes de junio - y del espacio sudamericano
- habrá una reunión extraordinaria a fin de este mes de
mayo en Brasilia -, la Argentina tiene en su agenda la mencionada Cumbre
de las Américas, las Iberoamericanas - en San Salvador este año
y en Lisboa en el 2009 -, así como la VI Cumbre ALC-UE en España
en el 2010 y en el mismo año, la Iberoamericana a celebrarse en
Buenos Aires.
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