¿UN POTENCIAL DESAPROVECHADO?:
Relaciones y negociaciones Mercosur-UE en una perspectiva empresaria |
por Félix Peña
Octubre 2007
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Las negociaciones comerciales entre el Mercosur y la Unión
Europea están de hecho estancadas. Una de las razones que se esgrime
para explicar tal situación, es el que previamente debe concluirse
la Rueda Doha. Son muchos los observadores que entienden que son otras
razones las que realmente la explican. Entre otras: la erosión
en ambos lados del Atlántico del entusiasmo inicial por las negociaciones
bi-regionales; los efectos de la paralización de las negociaciones
entre los países del Mercosur y los Estados Unidos, en el ámbito
más amplio de la fracasada iniciativa de libre comercio hemisférico,
y los interrogantes generados en países europeos por el inconcluso
proceso de incorporación de Venezuela al Mercosur.
El hecho que en los últimos ocho años el foco principal
de atención, en ambos lados del Atlántico, estuviera concentrado
en las negociaciones comerciales, podría explicar el que no se
hayan explorado ideas que permitieran ampliar la agenda bi-regional. La
propia Unión Europea ha desarrollado agendas más creativas
en sus relaciones transatlánticas con los Estados Unidos y también
con los países del Asia (ASEM). El que las negociaciones comerciales
estén a la deriva, no necesariamente debería proyectarse
al plano de otras modalidades de impulso de las relaciones entre ambas
regiones. El Acuerdo Marco Mercosur-Unión Europea, firmado en Madrid
en 1995, brinda un potencial de acción conjunta que no ha sido
plenamente aprovechado.
Recientemente en Lisboa, el sector empresario de ambas regiones reunido
en el MEBF, ha reiterado su apoyo al desarrollo de las relaciones entre
el Mercosur y la Unión Europea, incluyendo las negociaciones por
el establecimiento de una asociación estratégica bi-regional.
Ha puesto el acento en la importancia de impulsar acciones conjuntas,
especialmente en materia de facilitación de comercio.
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En la práctica, las negociaciones comerciales entre el Mercosur
y la Unión Europea (UE) están estancadas. Fueron lanzadas
en un clima entusiasta en 1999. Las negociaciones efectivas comenzaron
en el 2000. Se generaron muchas expectativas. Pero en octubre de 2004
se tuvo que constatar que no era posible concluirlas ese año. Desde
entonces han quedado a la deriva, sin rumbo claro y sin motor suficiente.
Periódicamente se reitera la voluntad política de retomar
la senda negociadora e incluso de concluir en plazos cortos. Sin embargo,
no existe mucho optimismo al respecto.
Una de las razones que se esgrime para explicar el estancamiento de las
negociaciones, es el que previamente debe concluirse la Rueda Doha en
el ámbito de la OMC. La UE insiste en que ello está previsto
en su mandato negociador. Utiliza el slogan de que no tiene dos billeteras,
a fin de ilustrar que no puede pagar dos veces en concesiones agrícolas
- en particular en la sensible cuestión de determinadas cuotas
extra-arancelarias de importación - aquello que aspira a recibir
en materia de comercio de bienes industriales y de servicios. Para los
países del Mercosur, lo que la UE - y otros países industrializados,
en particular, los EEUU - pretenden lograr en estas negociaciones comerciales
multilaterales, es mucho en relación a lo que están dispuestos
a ofrecer en cambio. Las ofertas en agricultura siguen siendo insuficientes
tan pronto se entra en la letra fina. Lo concreto es que Doha sigue estancada
- la luz al final del túnel aún está pero es muy
tenue - y ello mantiene en un cono de sombra a las negociaciones bi-regionales
entre el Mercosur y la UE.
Pero ¿es esa la única razón? Las dudas al respecto
son múltiples y crecientes. Parecen justificadas. En efecto, son
muchos los observadores que entienden que son otras razones las que realmente
explican el estancamiento de las negociaciones entre el Mercosur y la
UE. No se las menciona mucho. Pero ellas serían, en la realidad,
las que ayudarían a comprender la ausencia de incentivos para imaginar
fórmulas alternativas a fin de avanzar en el plano bi-regional,
aún cuando no se pueda concluir la Rueda Doha.
Entre otras se pueden destacar las siguientes:
- La erosión en ambos lados del Atlántico del entusiasmo
inicial por las negociaciones bi-regionales. Han perdido su atractivo.
Los europeos tienen fuertes dudas sobre que el Mercosur les ofrecerá
efectivamente un mercado integrado. Lo ven débil en sus instituciones,
disciplinas colectivas y efectivas reglas de juego. No dejan de tener
razón. Pero quizás también han tomado muy en serio
la retórica que por momentos ha caracterizado los pronunciamientos
políticos sobre los objetivos del Mercosur. Muchas veces ha sido
una retórica maximalista en cuanto al alcance real de los objetivos
perseguidos y de los instrumentos empleados. O se inclinan a proyectar
hacia esta región su propio modelo de integración y, por
cierto, no lo encuentran reflejado en la realidad. O se han apegado
- por convicciones o por intereses tácticos - a definiciones
de libro de texto de lo que debería ser una unión aduanera
como la que intentan construir los países del Mercosur. De allí
las exigencias sobre la libre circulación entre los países
miembros de los productos importados desde Europa. No es una exigencia
que pueda sustentarse en los requerimientos del artículo XXIV-8,
del GATT 1994, que son los únicos que formalmente pueden exigirse
al Mercosur por terceros países. De este lado del Atlántico,
se percibe una UE con muchas otras prioridades estratégicas,
en particular a partir de sus ampliaciones más recientes y de
los cambios profundos que han introducido China, India, Rusia y otras
economías emergentes, en los mapas de la competencia económica
global y de las negociaciones comerciales internacionales. Y también
consideran que las propuestas europeas no han tomado en cuenta, ni sus
proclamados objetivos de apoyar la integración regional, ni la
pronunciada disparidad de grados de desarrollo económico existentes
entre ambas regiones. No perciben un real interés europeo en
profundizar la relación bi-regional y en concluir las negociaciones
comerciales. Se basan para ello en los hechos más que en las
obvias retóricas diplomáticas.
- Los efectos de la paralización de las negociaciones entre los
países del Mercosur y los EEUU, en el ámbito más
amplio de la fracasada iniciativa de libre comercio hemisférico.
Es un hecho que, de ambos lados del Atlántico, se insertó
la idea de la negociación bi-regional en el contexto más
amplio de la histórica relación triangular entre el Mercosur,
la UE y los EEUU. Al colapsar las negociaciones del ALCA habrían
disminuido entonces los incentivos para acelerar el proceso negociador
bi-regional. Incluso puede aventurarse la hipótesis de que del
lado europeo, al menos en el caso de algunos de los países miembros
de la UE, preferirían evitar tener que explicar en Washington
una situación por la que se otorgaría a sus empresas con
respecto a las americanas, notorias preferencias comerciales en los
países del Mercosur, incluyendo el amplio mercado del Brasil,
en particular, el de los servicios y de sus compras gubernamentales.
- Los interrogantes generados, especialmente del lado europeo, por el
inconcluso proceso de incorporación de Venezuela al Mercosur.
La particular relación de Venezuela con los EEUU - conflictiva
en lo político y densa en lo económico - y ciertas resistencias
que se observan en países europeos con respecto a la evolución
política - interna y externa - más reciente del que sería
nuevo socio pleno del Mercosur, contribuyen a generar dudas sobre el
impacto que tendría en la opinión pública europea
el hecho de que se acuerde una asociación estratégica
con el Mercosur ampliado. No es un dato menor, teniendo en cuenta que
el acuerdo que se logre debería luego ser aprobado por los respectivos
Parlamentos nacionales. Además, se observan interrogantes acerca
de si efectivamente tal incorporación habrá de consumarse,
tomando en cuenta no sólo la no aprobación del Protocolo
de Caracas por los Parlamentos del Brasil y del Paraguay, pero también
las propias resistencias que se han evidenciado en el sector empresario
venezolano con respecto a la aplicación a su comercio exterior
de las disciplinas de la unión aduanera del Mercosur.
El hecho que en los últimos ocho años el foco principal
de atención, en ambos lados del Atlántico, estuviera concentrado
en las negociaciones comerciales, podría explicar el que no se
hayan explorado otras ideas que permitieran ampliar en otros planos la
agenda bi-regional. En realidad, las negociaciones también han
incluido los denominados pilares del diálogo político y
de la cooperación económica. Los negociadores señalan
que los capítulos respectivos están concluidos. En todo
caso es difícil apreciar cuánto se ha avanzado en tales
planos, ya que los textos respectivos nunca han sido publicados. La transparencia
y la información al público no han caracterizado hasta el
momento a las negociaciones bi-regionales. Basta consultar las respectivas
páginas Web - de la UE y de los países del Mercosur - para
constatar que, al respecto, parecen haber predominado criterios propios
de una diplomacia comercial de otras épocas.
La propia UE ha desarrollado agendas más creativas en sus relaciones
transatlánticas con los Estados Unidos (http://www.ustr.gov)
y también con los países del Asia (ASEM) (http://asem.inter.net.th/).
En particular, las agendas y los métodos de trabajo en el ámbito
de la ASEM ofrecen un grado de creatividad que de haberse aplicado a las
relaciones con el Mercosur, quizás se podría haber traducido
en progresos más significativos en distintos planos de la cooperación,
especialmente en materia de facilitación de comercio.
Lo concreto es que el hecho que las negociaciones comerciales estén
a la deriva, no necesariamente debería proyectarse al plano de
otras modalidades de impulso de las relaciones entre ambas regiones. Llama
la atención al respecto el hecho que no se haya aprovechado el
enorme potencial que contiene, en el plano de la cooperación bi-regional,
el Acuerdo
Marco entre el Mercosur y la Unión Europea, firmado en Madrid en
1995. Pueden mencionarse al respecto sus artículos 11, referido
a cooperación empresaria; 12, sobre inversiones; 13, sobre energía;
14, sobre transporte; 15, sobre ciencia y tecnología; 16, sobre
telecomunicaciones y tecnologías de información; 17, sobre
protección ambiental; 18, sobre promoción de la integración,
y 6 y 7, sobre facilitación de comercio. ¿Es que han sido
desarrollados en todo su amplio potencial? Difícil sería
responder esa pregunta positivamente.
De existir voluntad política suficiente, a través de la
utilización de todo el potencial de este Acuerdo Marco bi-regional
podría cubrirse un espectro amplio de los elementos no preferenciales
de la relación bi-regional. Incluso sería posible introducir
otros desarrollos, en base a la facultad que abre la cláusula evolutiva
incluida en su artículo 23. Otra innovación posible resultaría
de lo previsto en su artículo 26 sobre el Consejo de Cooperación,
que permitiría organizar reuniones ministeriales especializadas,
por ejemplo de los Ministros de Finanzas y de Economía, tal como
ocurre en la ASEM. Las materias cubiertas por este Acuerdo bi-regional,
son muy similares a las previstas en la idea de una Asociación
Estratégica bilateral, entre el Brasil y la Unión Europea,
lanzada al más alto nivel político en Lisboa el pasado 4
de julio. En principio, resulta difícil entender entonces las razones
por las cuales tal asociación no se extendió a todo el Mercosur.
A la luz del potencial no explotado de este Acuerdo bi-regional de 1995,
puede apreciarse que no sólo la negociación bi-regional
está a la deriva, pero que incluso se está desaprovechando
el pleno potencial que ofrecen relaciones bi-regionales entre la UE y
el Mercosur. Este hecho podría conducir a sustentar el que son
otras razones las que explicarían el cuadro de situación
actual, tales como las mencionadas más arriba, y no sólo
el que no se haya podido concluir con la Rueda Doha.
Cabe destacar en los dos casos antes mencionados de las relaciones trans-atlánticas
de la UE con los EEUU y con los países del Asia, el papel impulsor
que han tenido los sectores empresarios (ver información sobre
el Transatlantic Business Dialogue en http://www.tabd.com
y sobre el ASEM Business Forum en http://www.ek.fi/businessforums/aebf/en.
Es en tal sentido, que resulta positivo constatar los enfoques que han
predominado en la VII Reunión Plenaria del Foro Empresarial Mercosur-Unión
Europea, realizada el 8 de octubre, en Lisboa.
En ella, el sector empresario ha reiterado su apoyo al desarrollo de
las relaciones entre el Mercosur y la UE, incluyendo las negociaciones
por el establecimiento de una asociación estratégica bi-regional.
Participaron del encuentro más de doscientos empresarios, directivos
empresariales, altos funcionarios de la Comisión Europea y gubernamentales,
expertos y periodistas. Entre otros, estuvieron por la Argentina el Presidente
de la UIA, el de la Cámara de Exportadores, el Director General
de la Aduana y el Secretario de Relaciones Económicas Internacionales
de la Cancillería. Sin embargo, fue notoria la ausencia de miembros
de la Comisión Europea.
En la Declaración de Lisboa, el MEBF se pronuncia por la rápida
conclusión de la Rueda Doha y de las negociaciones bi-regionales.
En los debates que tuvieron lugar en base, en gran medida, al aporte técnico
de un proyecto de cooperación del BID a través de expertos
convocados por la Cátedra Mercosur de Sciences-Po, Paris (http://www.chairemercosur.sciences-po.fr),
se avanzaron ideas con respecto a modalidades alternativas para concluir
las negociaciones comerciales bi-regionales.
Entre ellas, se incluyó la de un acuerdo en cuyo marco los procesos
de desgravación arancelaria pudieran, eventualmente, ser diferenciados
para los distintos países miembros del Mercosur, pero introduciendo
mecanismos que permitieran su convergencia en un tiempo pre-determinado.
Incluso se mencionó la posibilidad de avanzar a través
de acuerdos comerciales bilaterales. Representantes europeos dejaron en
claro que ello no sería posible con el actual mandato negociador.
Del lado del Mercosur, se recordó que ello equivaldría a
que el país que así lo hiciera tendría que dejar
de ser miembro pleno. Se citó al respecto, lo mencionado en su
momento por el Canciller del Brasil, Embajador Celso Amorim, al referirse
a planteamientos del Uruguay con respecto a un eventual acuerdo bilateral
de libre comercio con los EEUU. Luego en Ginebra, en otro contexto, fuentes
gubernamentales brasileñas reafirmaron que su país negocia
a partir del Mercosur.
Y, en particular, la Declaración de Lisboa puso énfasis
en la necesidad de avanzar en el plano de las relaciones bi-regionales,
sin perjuicio del resultado de las negociaciones pendientes. En tal sentido,
el MEBF se ha propuesto asumir un papel más activo en el impulso
de acciones orientadas a facilitar el comercio entre ambas regiones.
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Lecturas recomendadas:
- Chahdortt, Djavann, "O Que Pensa Alá da Europa?",
Editorial Teorema, Lisboa 2005.
- Chaire Mercosur de Sciences Po, "Briefing Notes for the MEBF's
VII Plenary Conference", Lisbon - October 8, 2007, Paris, October
2007 (en http://www.chairemercosur.sicences-po.fr.
- Corporación Andina de Fomento (CAF), "Camino a la Transformación
Productiva", Reporte de Economía y Desarrollo, Caracas 2006.
- Corporación Andina de Fomento (CAF), "Perspectivas: Análisis
de temas críticos para el desarrollo sostenibles", vol.
4, nº 1, Julio 2006 y vol.4, nº 2, Diciembre 2006.
- Corporación Andina de Fomento (CAF), "Desafíos
financieros y macroeconómicos en América Latina",
Caracas, Junio de 2007.
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at the Conference on Multilateralising Regionalism - Sponsored and organized
by WTO - Hei, Co-organized by the Centre for Economic Policy Research
(CEPR), 10-12 September 2007, Geneva, en http://www.wto.org.
- Estevadeordal, Antoni; Harris, Jeremy and Suominen, Kati, "Multilateralizing
Preferential Rules of Origin around the World", Paper presented
at the Conference on Multilateralising Regionalism - Sponsored and organized
by WTO - Hei, Co-organized by the Centre for Economic Policy Research
(CEPR), 10-12 September 2007, Geneva, en http://www.wto.org
- European Commission, "Mercosur: Regional Strategy Paper - 2007-2013",
02.08.2007 (E/2007/1640), en http://europa.eu.
- Freres C.; Gratius S.; Mallo T.; Pellicer A.; Sanahuja A. (eds.),
"¿Sirve el diálogo político entre la Unión
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Documento de Trabajo nº 15, Madrid, Septiembre 2007.
- Gasiorek, Michael; Augier, Patricia; Lai-Tong, Charles, "Multilateralising
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Paper presented at the Conference on Multilateralising Regionalism -
Sponsored and organized by WTO - Hei, Co-organized by the Centre for
Economic Policy Research (CEPR), 10-12 September 2007, Geneva, en http://www.wto.org.
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Paper presented at the Conference on Multilateralising Regionalism -
Sponsored and organized by WTO - Hei, Co-organized by the Centre for
Economic Policy Research (CEPR), 10-12 September 2007, Geneva, en http://www.wto.org.
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The Economics of Dispute Settlement Institutions in Trade Agreements",
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- Littell, Jonathan, "Les Bienveillantes", Gallimard, Paris
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- Mercosur-European Union Business Forum (MEBF), "Lisbon Declaration",
Lisbon, October 8, 2007, en http://www.mebf.org.
- Pauwelyn, Joost, "Legal Avenues to "Multilateralizing Regionalism":
Beyond Article XXIV", Paper presented at the Conference on Multilateralising
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the Centre for Economic Policy Research (CEPR), 10-12 September 2007,
Geneva, en http://www.wto.org.
- Rollo, Jim, "The Challenge of Negotiating RTA´s for Developing
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(CEPR), 10-12 September 2007, Geneva, en http://www.wto.org.
- Sierralta Ríos, Anibal, "Internacionalización de
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Católica del Perú, Lima 2007.
- Teh, Robert; Prusa; Thomas J. and Budetta, Michele, "Trade Remedy
Provisions in Regional Trade Agreements", WTO Economic Research
and Statistics Division, Staff Working Paper WEAS-2007-03, September
2007, en http://www.wto.org.
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Félix Peña es Director
del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Director
de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la
Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité
Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
Miembro del Brains Trust del Evian Group. Ampliar
trayectoria.
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