La proliferación de acuerdos comerciales preferenciales que discriminan
bienes, servicios e inversiones originados en quienes no son países
miembros de ellos, en si misma no es necesariamente un problema serio.
Lo sería, en cambio, si coexiste con o más aún
si ocasiona como un efecto no necesariamente buscado un debilitamiento
del marco global multilateral de la Organización Mundial del Comercio
(OMC). El eventual fracaso de la Rueda Doha puede contribuir a ello. No
es hoy una posibilidad lejana.
El spaghetti bowl que evoca una maraña de reglas
preferenciales entrecruzadas - sin disciplinas comunes multilaterales
efectivas, sería entonces el verdadero problema. Una carrera hacia
la discriminación comercial abriría las puertas como
ha ocurrido en el pasado a la fragmentación y al conflicto.
El comercio internacional dejaría tener un signo cooperativo.
Por su baja relevancia relativa en el comercio mundial de bienes y de
servicios, no parece ser algo conveniente para la Argentina. Tampoco parece
serlo para muchos otros países incluso los más grandes
- y para empresas transnacionales expandidas a escala global, que han
tomado decisiones de inversión en función de la apertura
de los mercados al comercio y a las inversiones productivas. Todos sufrirían
entonces el impacto de las discriminaciones, paradójicamente establecidas
en nombre del libre comercio.
Siendo prácticos, sin embargo, cabe reconocer que la tendencia
al aumento de tales acuerdos está para quedarse. Tres líneas
de acción parecen recomendables para la Argentina. La primera es
tener un mapa de los tratamientos preferenciales que otros países
se otorgan, y que más incidencia puedan tener en la competitividad
relativa de bienes y servicios originados en el país. Tiene que
ser un mapa de actualización constante, que permita detectar eventuales
desplazamientos de ventajas competitivas resultantes de los acuerdos que
se concluyan. Cabe tener en cuenta que tales desplazamientos muchas veces
ocurren a cámara lenta, a medida que maduran los respectivos
programas de liberalización comercial. La segunda línea
de acción, es articular una estrategia de negociaciones comerciales
en función de intereses ofensivos y no sólo defensivos,
de empresas y productores. Supone, por lo tanto, un número significativo
de empresas con estrategias ofensivos en terceros mercados. Y la tercera
es concertar tal estrategia con sus socios del Mercosur, ya que la existencia
del arancel externo común más allá de su flexibilización
actual requiere que las negociaciones comerciales externas sean
conjuntas. Se necesitará mucha imaginación a tal efecto,
dado que la experiencia acumulada tanto con los Estados Unidos como con
la Unión Europea, demuestra que nos es un emprendimiento fácil
de concretar. Quizás lo será menos aún cuando se
complete la formalización del Mercosur ampliado. La estrategia
concertada puede ser flexible y el determinar los alcances de tal
flexibilidad es una cuestión prioritaria en la agenda del Mercosur
-, pero es esencial que se centre en el fortalecimiento de la OMC, como
ámbito privilegiado de negociaciones comerciales, de producción
de reglas de juego y de solución de controversias.
Pero veamos ahora los hechos recientes. El primero de abril último,
los Estados Unidos y la República de Corea, concluyeron un Tratado
de Libre Comercio (TLC). Las negociaciones fueron lanzadas el 7 de febrero
de 2006 y la primera de ocho ruedas formales de negociaciones, se realizó
en junio de 2006. El acuerdo se concluyó sólo horas antes
del plazo de noventa días requerido para su presentación
al Congreso americano, dado el hecho que el 1º de julio de este año
vence el Trade Promotion Authority (TPA) (el plazo surge de la Sección
2105 (a) (1) del Public Law 107-210 del 107th Congress, conocido como
Trade Act del 6 de agosto de 2002).
Para información sobre el TLC entre los EEUU y Corea KORUS,
en su sigla en inglés ver la información de la Oficina
del Representante Comercial de los EEUU, US and Korea Conclude Historic
Trade Agreement, del 4 de abril 2007; Free Trade with Korea
- Brief Summary of the Agreement, del 1º de abril 2007; Free
Trade with Korea Detailed Summary of the KORUS FTA, del 1º
de abril 2007, Fact Sheet on Auto-Related Provisions in the US-KOREA
FTA, del 3 de abril 2007, todos en la página Web: www.ustr.gov.
Ver además la nota del Financial Times, del 3 de abril 2007, página
2, titulada SKorea and US in landmark accord; el mismo día
y página, la nota sobre los previsibles efectos en cadena,
titulada Pact is crucial step on the way for bigger goal y,
en particular, la nota titulada Japan eagerness to talk trade with
Seoul and US reflects exclusion fears, en la edición del
4 de abril, también página 2. Ver, asimismo, el análisis
contenido en la nota titulada: US and South Korea Concluye Free
Trade Agreement, en el ICTSD Bridges Weekly Trade News Digest, volume
11, number 12, April 4, 2007, en www.ictsd.org.)
Como resultado de este TLC, alrededor del 95% de los aranceles aplicados
bienes de consumo e industriales serán eliminados en un plazo de
tres años y luego se incrementará gradualmente hasta cubrir
el 100% en diez años; los aranceles para automóviles de
3.000cc serán eliminados de inmediato y los de los autos grandes
en tres años (para los camiones se prevé un phase-out escalonado
en un plazo de diez años); los EEUU eliminarán de inmediato
el 61% de los aranceles para textiles y vestimentas originados en Corea
(se establecen salvaguardias especiales); los aranceles para carne vacuna
originada en los EEUU serán eliminados gradualmente en un plazo
de 15 años (las importaciones suspendidas por razones sanitarias
serán reiniciadas); Corea mantendrá restricciones a algunos
productos avícolas; el arroz será excluido; se establecen
compromisos en servicios, inversiones y propiedad intelectual, y se prevé
también un mecanismo de solución de controversias.
El comercio bilateral entre los dos países es de 78 billones de
dólares. Corea es el 7º socio comercial de los Estados Unidos
y éstos son el 3er mercado para las exportaciones coreanas. Lo
dijo claramente Karan K.Bhatia, uno de los tres Representantes Comerciales
Adjuntos del gobierno americano, cuando informó sobre la conclusión
del TLC: este es un buen acuerdo para los agricultores americanos
(farmers and ranchers) que van a ganar un nuevo
y sustancial acceso al amplio y próspero mercado coreano de 48
millones de personas. Corea es hoy la décima economía
del mundo.
El nuevo TLC deberá ahora ser aprobado por el Congreso americano
y por la Asamblea Nacional de Corea. Los observadores estiman que en ambos
casos se enfrentarán oposiciones. La aprobación, por lo
tanto, no está asegurada.
No se trata de un TLC más. Su relevancia deriva al menos de dos
consideraciones. La primera tiene que ver con la gravitación de
los dos países en el comercio mundial de bienes y de servicios.
Involucra al 1º y al 7º país en el ranking de importadores
de la OMC (ver la versión 2007 del ranking, en el reciente informe
sobre el comercio internacional en el 2006 y sus perspectivas en el 2007,
en la página Web de la OMC: www.wto.org).
En el 2006, los dos países importaron bienes por valor de 2.229
billones de dólares, lo que representó un 23.9% del total
de las importaciones globales. Junto con el NAFTA y el TLC con Australia
son, por su magnitud relativa, los principales acuerdos preferenciales
celebrados por los Estados Unidos. Debe tenerse en cuenta, sin embargo,
que el caso del NAFTA tiene un carácter especial por tratarse de
una zona de libre comercio entre naciones vecinas. Al igual que en el
caso de la Unión Europea también lo es el del Mercosur
-, la continuidad geográfica introduce un elemento distintivo,
especialmente por los factores políticos y de seguridad involucrados
en toda relación entre naciones vecinas.
La segunda consideración tiene que ver con el efecto de reacción
en cadena que produce un acuerdo preferencial de tal magnitud. Indudablemente
incentivará a la Unión Europea a acelerar la negociación
de su propio acuerdo de libre comercio con Corea entre otras economías
emergentes - en el marco de su nueva Estrategia Global (ver este Newsletter,
de octubre 2006). Y lo mismo ocurrirá en los casos de China (que
está negociando varios TLC, entre otros con Australia, de fuerte
relevancia en el sector minero: ver al respecto la página Web:
www.dfat.gov.au)
y de Japón, acrecentando incluso su interés por un TLC con
los EEUU.
De allí que el TLC entre Corea y los EEUU haya otorgado nuevo
vigor al recurrente debate sobre la relación entre los acuerdos
comerciales preferenciales y el sistema global multilateral de comercio
institucionalizado en la OMC. En cierta forma, el debate lo vuelve a instalar
un excelente artículo de Martin Wolf en el Financial Times del
4 de abril 2007, página 11, titulado A Korean-American strand
enters trades spaghetti bowl. Junto con la conferencia de
Pascal Lamy, Director General de la OMC, en Bangalore, el pasado 17 de
enero, con el sugestivo título: Regional Agreements: the
pepper in the multilateral curry
ya mencionada en un informe anterior y que se puede encontrar en www.wto.org
-, Wolf efectúa el más incisivo y reciente análisis
sobre los acuerdos preferenciales y su incidencia sobre las perspectivas
de expandir la apertura de los mercados a través de las negociaciones
de la Rueda Doha. Su análisis como lo recuerda él
se efectúa con el telón de fondo del 60 aniversario
del Acuerdo General de Tarifas y Comercio (GATT, en su sigla en inglés).
En tal perspectiva, Wolf recuerda que los acuerdos de libre comercio
o como señala con razón, mejor llamarlos como acuerdos
de comercio preferencial o discriminatorio fueron concebidos como
una excepción al principio sobre el cuál se estableció
el GATT en 1947, que es precisamente el de la no discriminación,
plasmado en su artículo I que establece la cláusula de la
nación más favorecida como pilar central del sistema comercial
global multilateral. Las excepciones fueron contempladas en el artículo
XXIV que previó, como se sabe, las dos figuras (zona de libre comercio
y unión aduanera) que pueden revestir los acuerdos que exceptúan
del principio de no discriminación al comercio de bienes entre
un par o un grupo de países, Wolf señala los costos económicos
potenciales que puedan resultar de estos acuerdos comerciales preferenciales,
en las líneas de lo ya planteado por Jacob Viner, en su conocida
distinción entre los efectos de desviación de comercio
por contraposición a los deseables de creación de
comercio. Todo esto es conocido. Pero donde Wolf concentra su análisis
en líneas similares a las de otros analistas e, incluso,
a las de la conferencia antes mencionada de Pascal Lamy -, es en los potenciales
costos sistémicos. Se refiere en especial a dos: los de la explosión
de complejidades administrativas en el comercio mundial como consecuencia,
entre otros factores, de la maraña de reglas, especialmente las
de origen específicas y los de la explosión de incertidumbres
en los negocios, dado el hecho que cada nuevo acuerdo puede tener el efecto
de diluir las preferencias teóricamente adquiridas por las empresas
de un país en el otro. Los desplazamientos de ventajas competitivas
se vuelven entonces muy volátiles y poco transparentes. Incluso
pueden ser tan discrecionales como las que resultan de distintos tipos
de subsidios a la producción a los que incluso pueden sustituir
en sus efectos prácticos -. Son éstos las principales consecuencias
del spaghetti bowl de preferencias que planteara el profesor
Bhagwati.
Y también incluye los potenciales efectos políticos. Señala
dos: las empresas de un país dependerán crecientemente de
la habilidad de su gobierno de obtener tratamientos preferenciales en
otros países y, por otro lado, las grandes potencias competirán
una con otra, a fin de obtener para sus empresas mejores condiciones de
acceso a los mercados de otros países. Ya lo están haciendo.
El comercio internacional quedaría entonces fuertemente expuesto
a factores de poder relativo e, incluso a consideraciones de seguridad.
Como sugiere Wolf, se estaría entrando a un tipo de sistema comercial
internacional no-cooperativo, muy lejano a lo imaginado por los creadores
del GATT primero y luego de la propia OMC. Se correría entonces
el riesgo de generar escenarios en los que finalmente pudieran predominar
más los factores de poder que las normas más power-oriented
que rule-oriented, en el sentido planteado por el profesor John Jakson
-, es decir, escenarios más próximos a la anarquía
que al orden internacional (ver François Heisbourg, LÉpaisseur
du Monde, Éditions Stock, Paris 2007).Ya ha ocurrido en el
pasado, con las consecuencias conocidas.
A su vez, el propio profesor Jagdish Bhagwati, en su artículo
Americas bipartisan battle against free trade (en el
diario Financial Times, del lunes 9 de abril 2007, página 11),
alerta sobre los riesgos que están corriendo el sistema global
multilateral de comercio. Lo hace en base al debate sobre política
comercial externa que se está dando en Washington, con motivo de
la consideración por parte del Congreso de la prórroga del
TPA (así como de la reforma del Farm Hill). Dos aspectos son tomados
en cuenta. Uno es el de las cláusulas, especialmente las laborales
y ambientales, que los Demócratas exigen incluir en los nuevos
TLC y en la eventual prórroga del TPA. El otro es el de la percepción
de amenazas comerciales originadas en China. Considera que el gobierno
americano ha abandonado su defensa del sistema global multilateral y se
ha inclinado, impulsado por reflejos proteccionistas, a la promoción
del comercio discriminatorio.
El artículo de Bhagwati dio lugar a una fuerte réplica
de Robert Zoellick, quien fuera Representante Comercial de los EEUU y,
como tal, promotor de la idea de impulsar los acuerdos comerciales preferenciales
como una forma de estimular en su visión a los demás
países, en especial la Unión Europea, a efectuar concesiones
que permitieran avanzar en el ámbito de la OMC. En una carta publicada
en el Financial Times, el 12 de abril 2007, página 12, Zoellick
insiste en su tesis que la combinación de negociaciones globales,
regionales y bilaterales, son una ventaja y no una distracción.
Considera al artículo de Bhagwati como una forma de dificultar
la construcción de una coalición en el Congreso americano
favorable al libre comercio.
A su vez, el profesor Jean-Pierre Lehmann del IMD de Lausanne y Director
Fundador del Evian Group influyente en su defensa del sistema multilateral
de la OMC y de una Rueda Doha ambiciosa -, replica a Zoellick (en una
columna en el mismo Financial Times, el 17 de abril 2007, página
12, titulada World will be on track only when US champions multilateralism),
señalando que es la ambigüedad americana en relación
al sistema global multilateral lo que está generando la perceptible
tendencia hacia su erosión. Concluye sosteniendo que sólo
cuando los EEUU vuelvan a ser el campeón y el lider del multilateralismo
global y adhieran a los principios de sus propios arquitectos en la construcción
del brillante edificio (se refiere precisamente a los que originaron el
GATT), podrá el mundo sentir que hemos retomado al camino correcto
(traducción nuestra).
Precisamente las incertidumbres en torno a la suerte de la actual Rueda
Doha, es lo que torna más necesario profundizar un debate político
y no sólo académico sobre los efectos que
podrían tener sobre el sistema internacional un debilitamiento
de la OMC. Pascal Lamy ha sido nuevamente muy claro al señalar
de hecho, que lo que él denominó a principios del año
como una ventana de oportunidad, se estaría cerrando.
Lo hizo el 14 de abril, ante el Comité Monetario y Financiero Internacional
del FMI y el Banco Mundial en Washington. Concretamente afirmó
que si la situación de las negociaciones comerciales no cambia
pronto los gobiernos se verán obligados a encarar la desagradable
realidad del fracaso. Exhortó a los gobiernos a poner energía
y compromiso en concluir la Rueda Doha (ver el texto completo en www.wto.org).
A nivel político se ha expresado la voluntad de concluir con las
negociaciones hacia fines de 2007. Así ocurrió en el encuentro
de Ministros de los G4 (EEUU, UE, India y Brasil) y G6 (los mismos países,
más Japón y Australia), en Nueva Delhi los días 11
y 12 de abril (ver un análisis en el ICTDS Bridges Weekly Trade
News Digest, volume 11, number 13, April 18, 2007, en www.ictds.org).
Posiblemente ha sido una declaración orientada a lograr que finalmente
el Congreso americano apruebe una prórroga del TPA.
El Grupo Cairns, a su vez, en Lahore, Pakistán, los días
16 a 18 de abril de 2007, en su 31ª. Reunión Ministerial,
reiteró que la Rueda Doha sólo podrá concluirse con
un sustancial acuerdo en relación a la cuestión agrícola
(ver el texto completo del comunicado, en www.cairnsgroup.org).
El problema sigue siendo traducir la aparente voluntad política
en compromisos concretos. Difícil que una decisión pueda
surgir antes de fin de abril, tal como lo previera con optimismo el Presidente
Lula, tras su reunión del 31 de marzo de 2007 en Camp David con
el Presidente Bush. En efecto, en su Programa Café com o
Presidente, el 2 de abril, consultado sobre la Rueda Doha, afirmó
que el Presidente Bush le señaló que quería cerrar
el acuerdo: Disse, na reuniâo comigo, pessoalmente, que nesses
próximos 30 dias nós deveremos fechar o acordo (ver
la versión oficial del Programa, en www.mre.gov.br).
La carta que 58 influyentes Senadores americanos presentaran al Presidente
el 16 de abril, con una fuerte advertencia contraria a efectuar concesiones
en materia de sensibles productos agrícolas en el marco de la Rueda
Doha, es una clara señal sobre las dificultades que aún
deberá superar el gobierno de los EEUU si se quiere efectivamente
concluir con la Rueda Doha antes de fin de año. Concretamente dicen
que "le urgimos a dirigir sus negociadores a no hacer concesiones
adicionales en apoyos doméstico (a productos agrícolas),
pero en cambio que insistan que nuestros socios comerciales se comprometan
a ambiciosas propuestas en acceso a mercados (traducción
nuestra) (ver Majority of Senate warns Bush on Doha trade-off,
del 16 de abril 2007, en www.boston.com/news/world).
En el caso de la Unión Europea, se estima que sólo una
vez concluida en mayo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales
de Francia, será posible efectuar una apreciación realista
sobre el margen de maniobra efectivo del que dispondrá el negociador
Peter Mandelson.
En todo caso, se prevén nuevas reuniones a nivel ministerial de
los principales protagonistas de estas negociaciones sea por su
participación en el comercio mundial, sea por su aparente capacidad
de movilizar a otros países, tal el caso del Brasil, dada su vocación
de liderar el G20 -, que tendrán lugar en Paris y luego en Tokio,
en el mes de mayo.
La Cumbre del G8 ampliado a realizarse en Heiligendamm, Bad Doberan,
Alemania, los días 7 al 9 de junio próximo, sigue siendo
el momento en que finalmente las perspectivas de la Rueda Doha para este
año podrían, eventualmente, aclararse. Como se señaló
en el Newsletter del mes de marzo pasado, Brasil participará en
dicha reunión al más alto nivel, junto con China, India,
África del Sur y México.
Lecturas recomendadas:
- Centro de Comercio Internacional CEI, Estrategias de
Integración Comercial en el Hemisferio: el ALCA y la ALADI como
opciones de política para la Argentina, Serie de Estudios,
nº 11, CEI-MRECIC, Febrero 2007, en www.cei.gov.ar.
- Cohen-Tanugi L., Guerre ou paix. Essai sur le monde de demain,
Grasset, Paris 2007.
- Commission of the European Communities, Global Europe: A Stronger
Partnership to Deliver Market Access for European Exporters, Communication
from the Commission to the Council, the European Parliament, the European
Economic and Social Council and the Committee of the Regions, Brussels,
18 April 2007, COM (2007) y final, en: http://ec.europa.eu/trade/issues/sectoral/mk_access/global_europe_en.htm.
- Cristini M. y Amal M. (coord.), Inversión Extranjera
Directa en el Mercosur: el papel de Europa, CEBRI-FIEL-FURB-KAS,
Rio de Janeiro 2006.
- DEP, Diplomacia-Estratégia-Política, número 5,
Enero/Marzo 2007, FUNAG, Brasilia 2007.
- Deutsche Bank Research, The emergence of Latin Multinationals,
Latin America-Current Issues, March 7, 2007, informe de Javier Santiso,
en www.dbresearch.com.
- Deutsche Bank Research, From free trade to deep integration:
Outlook on economic relations between the EU and US, Reports on
European Integration, EU Monitor 45, April 18, 2007, en www.dbresearch.com.
- OMC, "El
comercio mundial en 2006 y perspectivas para el 2007", Comunicado
Prensa 2007/ 472.
- Pennetta P., Le relazioni dellUnione Europea con le organizzazioni
regionali , en Risi C (ed) LAzione Esterna dellUnione
Europea, ps 163 y ss, II Edizione, Editoriale Scientifica, Napoli
2007.
- Quevedo L.A., Vacchieri A. y Jure P., Tecnologías de
la Información y la Comunicación para la Promoción
de Productos Alimentarios, con prólogo de Jorge Neme, PROSAP-FLACSO-SAGPA,
Bifronte, BsAs. 2006.
- Roy J. and Domínguez R. (eds), Towards the Completion
of Europe: Analysis and Perspectives of the New European Union Enlargement,
Jean Monnet Chair/University of Miami, Miami 2006.
- Schokkaert J., La pratique conventionnelle en matière
de protection juridique des investissements internationaux, Bruylant,
Bruxelles 2006.
- Taniguchi Y., Yanovich A. and Bohanes J., The WTO in the Twenty-first
Century: Dispute Settlement, Negotiations, and Regionalism in Asia,
Cambridge University Press, Cambridge 2007.
- USTR, National Trade Estimate Report on Foreign Trade Barriers
2007, April 2, 2007, USTR Press Release, en www.ustr.gov.
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