El comercio mundial sigue creciendo, los acuerdos preferenciales se multiplican
y más empresas de países latinoamericanos se internacionalizan.
Sin perjuicio de otras también relevantes, son éstas tres
tendencias que cabe tomar en cuenta en la necesaria estrategia argentina
- del gobierno y de las empresas - de inserción competitiva en
los mercados mundiales y de participación activa - esto es con
posiciones a la vez defensivas y ofensivas - en las negociaciones comerciales
internacionales, especialmente en el ámbito regional - incluyendo
el Mercosur - y en el de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Al respecto, es necesario siempre tener en cuenta que en la actual competencia
económica global predominan incertidumbres que es necesario saber
administrar (ver al respecto la reciente serie en cuatro partes del diario
Financial Times, titulada "Mastering Uncertainty" y, especialmente,
la parte 3 publicada en la edición del 31 de marzo de 2006, sobre
"Change is closer than it seems, por Andrew White y John Bessant,
página 6 y 8. Se puede consultar en: www.ft.com.masteringuncertainty)
y que también se acelera la velocidad de los continuos desplazamientos
de ventajas competitivas.
Es por ello que, países y empresas con vocación de ganadores
dependen fuertemente en su capacidad para competir y negociar, de la flexibilidad
de sus estrategias de mediano y largo plazo, así como de la calidad
de sus tecnologías organizativas y, en particular, de la gestión
de conocimiento y de inteligencia competitiva. Esta última incluye,
precisamente, la observación de tendencias que pueden incidir en
las posibilidades concretas de un país como la Argentina - y de
sus empresas, cualquiera que fuere su tamaño y su actividad económica,
sea en la producción de bienes o en la prestación de servicios
-, para competir y negociar a escala global y regional.
La primera tendencia es la del continuo incremento del comercio mundial.
En efecto, en volúmenes el comercio mundial de bienes creció
un 6% en 2005, según el informe anual de la OMC sobre el comercio
mundial presentado el 11 de abril (ver el texto completo del informe y
de su presentación por Pascal Lamy, el Director General de la OMC,
aquí).
Con respecto al 2006, la previsión del informe de los economistas
de la OMC es a un aumento en el volumen del comercio de mercancías
de un 7 por ciento (en términos reales, excluidas las variaciones
de los precios) y que la economía mundial crecerá un 3,5
por ciento en 2006. También se prevé una tendencia similar
para el comercio de bienes y servicios medido en dólares, aunque
se señala que "las cifras son diferentes debido a los precios
más altos de la energía".
Según señaló el Director General de la OMC al presentar
el mencionado informe: "el sistema mundial de comercio se encuentra
en una etapa de transición. La fluctuación de las condiciones
económicas, los grandes adelantos de la tecnología y la
aparición de nuevos actores en el escenario mundial ponen de relieve
que la economía mundial está a punto de experimentar grandes
cambios. Los persistentes desequilibrios, debidos en gran medida a factores
macroeconómicos, siguen siendo un motivo de preocupación
en algunas de las principales economías. De lo que no cabe duda,
en un clima tan incierto, es de que los gobiernos Miembros deben fortalecer
el sistema mundial de comercio haciéndolo más equitativo
y relevante para todos aquellos que comercian en el siglo XXI. Es evidente
que la mejor forma de lograrlo es concluir este año un ambicioso
acuerdo en la Ronda de negociaciones comerciales multilaterales de Doha".
El informe señala, además, que "en América
Central y del Sur (y el Caribe) no sólo hubo un aumento muy elevado
del comercio de mercancías (de casi un 25 por ciento en 2005),
sino también el mayor de los incrementos del comercio de servicios
comerciales registrados en todas las regiones. El vigoroso crecimiento
económico, la evolución favorable de los precios de los
productos básicos y la apreciación de los tipos de cambio
contribuyeron a esta notable mejora de los valores nominales del comercio
de la región en 2005".
Otro dato significativo del informe, es el cuadro - que se agrega a continuación
-en el que se presenta el ranking anual de principales países exportadores
e importadores en el comercio mundial de bienes. Este ranking es importante
pues da una idea del grado de concentración del comercio mundial
de bienes - y otro tanto se observa en el de los servicios - en un grupo
de 30 países. Representan el 91% del intercambio total a escala
global. Argentina no figura en dicho ranking, ya que su participación
en el comercio mundial de bienes es de sólo 0.4% del total. Se
destaca el papel creciente de países como China, Rusia e India,
como países importadores y también como exportadores a escala
global. Es precisamente el papel desempeñado por estas economías
- en el cual muchos analistas incluyen al Brasil -, lo que permite un
cauteloso optimismo sobre la sustentabilidad de la actual tendencia al
crecimiento - en términos reales - del comercio mundial.
Principales
exportadores e importadores en el comercio mundial de mercancías
(excluido el comercio inter-comunitario de la UE-25), 2005 (formato
.pdf)
Este grupo de 30 países tiene además especial gravitación
en las negociaciones comerciales internacionales. La mayoría de
ellos forman parte de - o están negociando - acuerdos preferenciales
de comercio, en general con el formato de zonas de libre comercio, que
si bien son concebidos como OMC-plus, tienen de hecho un alcance discriminatorio
con respecto a los bienes y servicios - y en la mayoría de los
casos, también con respecto a inversiones y compras gubernamentales
- provenientes de países que no son miembros. En general se negocian
en el marco del artículo XXIV del GATT-1994.
La segunda tendencia a destacar, es precisamente la del continuo crecimiento
del número de acuerdos comerciales preferenciales. Es una tendencia
que puede acelerarse si no se lograra este año concluir con las
actuales negociaciones comerciales de la Rueda Doha en el ámbito
de la OMC. El más reciente acuerdo de libre comercio (TLC), es
el firmado el 12 de abril entre el Perú y los Estados Unidos, en
ocasión de la visita a Washington del Presidente Alejandro Toledo.
Por su parte, los EEUU han anunciado el inicio de negociaciones de nuevos
TLC con Corea del Sur, Malasia, Tailandia, las cinco naciones de la Unión
Aduanera del África del Sur y la Unión de Emiratos Árabes.
Además de los que ya están en vigencia con Australia, Chile,
Jordania, Marruecos, Singapur, El Salvador, Honduras y Nicaragua, los
EEUU han concluido TLC con Costa Rica, la República Dominicana,
Guatemala, Omán y Colombia (ver al respecto la página Web
del USTR: www.ustr.gov).
Al igual que el firmado con el Perú, estos últimos deben
entrar aún en vigencia y, en algunos casos, puede haber dificultades
de lograr las respectivas ratificaciones parlamentarias - podría
ser incluso el caso del Perú, según sea el resultado de
la segunda vuelta de las elecciones presidenciales-.
Un signo de los tiempos es el pronunciamiento de un influyente legislador
americano - Bill Thomas, republicano que preside en la Cámara de
Representantes, el importante Comité Ways and Means, cuya posición
ha sido clave para el éxito de votaciones vinculadas a las negociaciones
comerciales internacionales de los EEUU -, en el sentido que la Rueda
Doha está condenada al fracaso por lo que él considera que
son irreconciliables diferencias entre los EEUU y la Unión Europea
y que, por lo tanto, el Presidente Bush debería concentrar sus
energías en llevar adelante negociaciones bilaterales con aquellos
países dispuestos a concluir acuerdos de libre comercio y en condiciones
de hacerlo (ver al respecto, el Financial Times, del 4 de abril 2006,
página 7). Es sólo la opinión de un legislador. Pero
indica un humor predominante en medios políticos americanos.
La de los acuerdos comerciales preferenciales, es una tendencia a la
que también se están incorporando, China y Japón,
entre otros países relevantes en el comercio mundial. Debe tomarse
en cuenta, asimismo, las redes de acuerdos preferenciales que tiene la
propia Unión Europea - sin incluir sus proyectadas ampliaciones
- y los que se han celebrado en el ámbito regional, especialmente
en la ALADI.
En este marco deben colocarse las inciertas negociaciones entre el Mercosur
y la Unión Europea (ver este Newsletter, marzo 2006) y las estancadas
negociaciones hemisféricas del ALCA. Al respecto de estas últimas,
cabe destacar la reciente declaración de Robert Portman, el negociador
comercial de los EEUU, quien señaló que no habría
interés del Mercosur en avanzar en negociaciones hemisféricas
- del lado del Mercosur se señala, por el contrario, que la falta
de interés es de los EEUU - y afirmó que "nós
adorariamos sentar com o Mercosul e trabalhar por um acordo
meu objetivo
pessoal, longe de isolar o Mercosul, é abraçar o Mercosul"
(entrevista en Valor Economico del 4 de abril, que se puede consultar
en www.valoronline.com.br).
¿Una indicación de un interés en reflotar el denominado
acuerdo "4+1", firmado en 1991 y aún vigente? ¿O
de un retorno a la posición de apoyo al Mercosur que el entonces
Fernando Henrique Cardoso obtuvo del Presidente Clinton, en ocasión
de su visita en octubre de 1997 a Brasilia? (ver al respecto dos libros
recientes del ex Presidente del Brasil, donde narra cómo convenció
al Presidente Clinton de la importancia política del Mercosur y
de que éste no era incompatible con la denominada ALCA - y Clinton
hizo declaraciones públicas en tal sentido -: "The Accidental
President of Brazil, A Memoir" (with Brian Winter), Public Affairs,
New York 2006, páginas 258 y 259, y "A Arte da Política:
A História que Vivi", Civilizâo Brasileira, Rio de Janeiro
2006, páginas 626 y 627)-.
Quizás habrá que esperar el resultado de las elecciones
presidenciales del Brasil, el próximo mes de octubre, para tener
claro el futuro de las negociaciones hemisféricas, quizás
con un nuevo enfoque o en base a la profundización de la tendencia
de acuerdos bilaterales de libre comercio de los Estados Unidos, sea con
el Mercosur o con sus países miembros individuales - ¿especialmente
el Brasil? -. En este último caso, ello implicaría un cambio
radical en el propio enfoque del Mercosur, al menos en el plano de sus
políticas comerciales externas.
Finalmente, la tercera tendencia es la de la internacionalización
de empresas originarias de los propios países en desarrollo. Es
el fenómeno que en la región se conoce como el de las "translatinas"
o "multi-latinas", y que se refleja en un informe de la CEPAL
presentado el 12 de abril por su Secretario General, José Luis
Machinea, en Santiago de Chile (www.eclac.cl),
especialmente en su capítulo III.
Si bien la Argentina fue un país pionero en este campo - con sus
primeras translatinas en las décadas de los 20 y los 30 del siglo
pasado - en los últimos años la situación ha cambiado.
Sólo tres empresas argentinas figuran en la lista de las actuales
translatinas incluida en el informe de la CEPAL. Ninguna empresa argentina
figura en la lista de las cincuenta principales multinacionales de países
en desarrollo - no financieras -. México, Brasil y también
Chile, pero en menor escala - son los principales países de la
región en cuanto al número de empresas que se han internacionalizado.
En el caso del Brasil, algunas de esas empresas tienen hoy importantes
activos en la Argentina. La operación de compra del resto del paquete
accionario de Quilmes, anunciada este 14 de abril, confirma una tendencia
que se ha acentuado en los dos últimos años a una fuerte
proyección empresaria del Brasil a través de inversiones
en la Argentina, especialmente por medio de compras de empresas existentes.
Las tres tendencias mencionadas tornan más importante aún
para un país como la Argentina, con participación marginal
en el comercio internacional, el afirmar su presencia en los mercados
mundiales y en contribuir a que la OMC se fortalezca, gracias a una conclusión
exitosa de las actuales negociaciones multilaterales.
Precisamente en ocasión del reciente encuentro en Sao Paulo del
World Economic Forum (5 y 6 de abril), donde se debatió el estado
actual de la integración regional y de las negociaciones en la
OMC en la perspectiva de la competitividad de las economías latinoamericanas,
el Ministro de Desenvolvimento del Brasil, Luiz Fernando Furlan, puso
énfasis en señalar la necesidad que la Argentina y sus empresarios
tuvieran una presencia activa en el mercado brasileño, aprovechando
las ventajas originadas en la pronunciada diferencia cambiaria existente
(ver Valor Economico, edición del 7, 8 y 9 de abril, página
A-7). Señaló que no había restricciones a la entrada
de productos argentinos en el Brasil. Sin duda que subestimó la
importancia de las numerosas restricciones no arancelarias, incluyendo
licencias no automáticas, que pueden ser aplicadas en el Brasil
a productos de origen argentino - aunque también son válidas
para otros orígenes -.
El futuro de la Rueda Doha sigue siendo incierto. El encuentro en Copacabana
- Río de Janeiro - a comienzos del mes de abril de los principales
protagonistas del nudo agrícola - los Estados Unidos, la Unión
Europea y el Brasil, como coordinador del G.20- no produjo avances, al
menos visibles (ver Bridges
Weekly Trade News Digest, nº 12, abril 5, 2006). Participó
también Pascal Lamy, el Director General de la Organización
Mundial del Comercio, quien poco antes había alertado que "la
hora de la verdad se aproxima rápidamente y no tenemos tiempo"
(www.wto.org). Se refería
al disponible para llegar a un acuerdo sobre las modalidades negociadoras
- porcentajes, procedimientos y disciplinas, a fin de entrar a la etapa
final de las negociaciones - antes de concluido este mes de abril. Si
ello no es así, cada vez será más difícil
terminarlas antes de fin de año o muy al comienzo del próximo.
Como se ha señalado en anteriores oportunidades en este Newsletter,
debido al plazo que dispone el Presidente de los Estados Unidos para negociar
acuerdos comerciales (el Trade Promotion Authority), un fracaso este año
equivaldría, en el mejor de los casos, a que la Rueda Doha difícilmente
pudiera concluirse antes del 2009 o 2010.
En los principales protagonistas siguen predominando posturas defensivas.
Ellas son estimuladas por los complejos cuadros políticos de algunos
países europeos (Francia es el caso principal, tomando en cuenta
sus intereses en materia de comercio de productos agrícolas) y
por el cronograma de elecciones en países como el Brasil y los
propios Estados Unidos. En tal sentido, la reunión de Copacabana
confirmó que ninguno de los principales protagonistas cuenta con
un frente interno que le permita moverse si los otros no lo hacen primero.
En su esencia, el principal nudo de las negociaciones de la Rueda Doha,
refleja un triángulo de intereses contradictorios en materia de
ofertas en acceso a mercados para productos agrícolas, subsidios
internos a la producción agrícola y apertura de mercados
para productos no agrícolas. Otras cuestiones son relevantes. Pero
esas tres son cruciales.
La presencia de Lamy en Copacabana, refleja lo que se percibe como un
movimiento necesario para destrabar las negociaciones y que también
fuera señalado con anterioridad en este Newsletter: una propuesta
imparcial que permita a los negociadores encarar sus respectivos frentes
internos. Arthur Dunkel - entonces Director General del GATT - lo hizo
en la Rueda Uruguay. Si finalmente Lamy mueve esta ficha, difícil
será que lo haga antes de julio, es decir cuando el espectro del
fracaso y sus costos sea más tangible que en la actualidad. La
paradoja es que a la vez que nadie puede abrir su juego, tampoco habría
interesados en reconocer en que se fracasó por su culpa.
Es que se tiene conciencia que un fracaso de la Rueda Doha - o su postergación
a un futuro incierto - podría arrastrar a la OMC a un punto de
debilidad extrema. Y esto no parece ser conveniente para ningún
país. Menos para la Argentina (ver al respecto, Félix Peña,
"¿Conviene a la Argentina una OMC débil?", en
El Cronista del 4 de abril 2006, página 14).
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