"Un número cada vez mayor de países está comerciando
más, al tiempo que participan activamente en el establecimiento
de las normas comerciales". Esta frase de Supachai Panitchpakdi,
Director General de la Organización Mundial del Comercio (OMC),
en ocasión de la presentación a la prensa del
Informe Anual sobre Comercio Mundial, sintetiza tres rasgos centrales
del actual mapa de la competencia económica global.
Ellos deben tenerse en cuenta a la hora de elaborar y desarrollar las
estrategias para la inserción de la Argentina en la economía
mundial (ver este Newsletter, de los meses de enero y de marzo 2005).
El primer rasgo se refiere a la tendencia a un significativo crecimiento
del intercambio mundial de bienes y de servicios comerciales. Según
resalta el informe de la OMC, en 2004 el crecimiento nominal del comercio
de bienes fue del 21% -el más elevado en los últimos 25
años- resultado de un crecimiento del comercio real del 9% y de
un incremento de los precios en dólares del 11%. Los precios de
los productos básicos aumentaron más que los de los productos
manufacturados, siendo el incremento del de los combustibles y los metales
superiores al 30%. A su vez, el comercio mundial de servicios comerciales
aumentó un 16%, especialmente como resultante de la recuperación
de transporte y de viajes.
En ambos casos influyó el hecho que el crecimiento de la economía
mundial alcanzó el 4%, esto es, la tasa anual más elevada
de un decenio.
Las proyecciones para 2005, sin embargo, prevén un crecimiento
del comercio real del 6.5%, siguiendo una tendencia a la desaceleración
observada a partir del segundo semestre 2004. A su vez, en el mencionado
informe se prevé un crecimiento de la economía mundial entre
el 3 y 3.5%.
El segundo rasgo se refiere al aumento en el número de protagonistas
significativos del comercio mundial. El informe resalta el fuerte incremento
en la participación de los países en desarrollo, que alcanzó
en 2004 al 31% del comercio de bienes, esto es, el porcentaje más
alto desde 1950. Dos casos se destacan: China, que sustituye al Japón
como tercer exportador mundial -es también el tercer importador
mundial- y Rusia, que pasa a ocupar el decimocuarto lugar en el ranking
de exportaciones. En ambos casos sus exportaciones crecieron más
de un tercio en 2004. En el intercambio global, aumenta la importancia
relativa de países como China, Rusia, India, Indonesia, Sudáfrica,
Brasil, México, Tailandia, Malasia, Chile y, por cierto, los de
Europa del Este, en particular, Polonia. Es una tendencia que en general
se considera que se acentuará en los próximos años
y en la que, necesariamente, deberá ser parte la Argentina en la
medida que se logre un salto sostenible, a la vez cuantitativo y cualitativo
de su comercio exterior (ver al respecto, este Newsletter del mes de enero
2005).
Los países del Mercosur siguen ocupando un lugar bajo en el ranking
del comercio mundial, a pesar del fuerte incremento de las exportaciones
del Brasil (32% en 2004). Por el lado de las exportaciones, la participación
del Brasil es del 1.5% del total y la de la Argentina es del 0.5%, en
una posición ligeramente superior a la de Chile. Por el lado de
las importaciones, el Brasil representó el 0.9% del total y Chile
el 0.4%. Este año, la Argentina no ha figurado entre los 30 países
principales importadores en el mundo.
Otro dato significativo en cuanto al nuevo protagonismo se refiere a
la tendencia creciente a inversiones internacionales originada en países
en desarrollo. Un reciente informe del Banco Mundial destaca el hecho
que tales inversiones están aumentando como resultado de la internacionalización
de sus empresas.
Es un fenómeno en que China también ha comenzado a destacarse
(ver al respecto el Global Development Finance, 2005, del Banco Mundial
en www.worldbank.com
y el artículo de la revista The Economist titulado "Múltis
de paises em desenvolvimento dâo cada nova à globalizaçâo",
en Valor Econômico de S.Paulo, abril 15, 2005; ver también
la serie de notas del Financial Times, sobre la expansión internacional
de empresas chinas, tituladas "FT Series: China goes shopping",
en las ediciones de los días 9, 10, 12/13,15, 16 de marzo 2005,
y el artículo de Guy de Jonquieres, "Going global is always
a risky business", en el Financial Times del 8 de marzo 2005).
La incidencia creciente de un grupo de países en desarrollo en
el comercio mundial y en su crecimiento, se refleja asimismo, en el tercer
rasgo incluido en la citada frase del Director General de la OMC. Esto
es, el de su participación activa en la creación de reglas
del comercio internacional. Ello ocurre por lo menos en dos planos.
Por un lado, en el de las negociaciones comerciales multilaterales en
el marco de la Rueda Doha. Un dato es elocuente al respecto: la participación
relativa de los países en desarrollo - en particular los que no
son miembros de la OCDE - en el ranking mundial de exportaciones e importaciones
de las 30 principales economías - que representan aproximadamente
el 92% del intercambio mundial de bienes y el 86% del intercambio mundial
de servicios comerciales -, ha sido en 2004 aproximadamente una cuarta
parte del total. Tal dato refleja quienes son los principales compradores
y vendedores en el mundo actual y ello incide en la capacidad para ser
formadores y no sólo tomadores de reglas de juego. La expectativa,
por lo demás, es a un incremento de esa participación relativa.
Este hecho tiene un significativo impacto en la "ingeniería
del consenso" dentro del ámbito de la OMC. Por su creciente
peso propio en el intercambio mundial y por su capacidad para construir
múltiples coaliciones de geometría variable -como es el
caso más conocido del G.20, en los que participan la Argentina
y el Brasil-, los países en desarrollo tienen cada vez más
importancia en las negociaciones comerciales multilaterales.
Por el otro lado, el grupo de principales países en desarrollo
está participando activamente en el fenómeno de proliferaciones
de acuerdos comerciales preferenciales, sea en el marco de procesos de
integración económica -como son los casos, por ejemplo,
del Mercosur y de la ASEAN-, sea en el de múltiples variantes de
acuerdos de libre comercio, por lo general bilaterales, como el que se
ha comenzado a negociar recientemente entre China e India, o como el que
han puesto en vigencia este mes, México y Japón.
Estas negociaciones comerciales, sean ellas globales o preferenciales,
se explican por otra afirmación del Director General de la OMC,
en el citado informe. Señala: "gracias al comercio los países
pueden trazar la senda que conduce al desarrollo sostenible y a un mayor
nivel de vida. Aunque la tendencia es alentadora, la expansión
del comercio todavía se ve entorpecida por obstáculos que
hay que derribar. Estos obstáculos existen en todos los Miembros
de la OMC y son un lastre para el crecimiento económico. El mejor
modo de reducir estos obstáculos y garantizar unas normas comerciales
más equitativas para todos los países es completar la ronda
de negociaciones comerciales del Programa Doha para el Desarrollo",
dijo el Dr. Supachai.
Los Estados Unidos tienen un interés particular en eliminar los
obstáculos a la expansión de sus exportaciones. Debe tenerse
en cuenta que, como lo destaca el ya mencionado informe de la OMC, en
2004 han acumulado un déficit en su comercio de bienes de 618 mil
millones de dólares. Equivale al 6% de su PBI y al 7% del comercio
mundial de bienes. Tal interés se pone de manifiesto en dos hechos
recientes.
Por un lado, la publicación de su informe periódico sobre
Barreras al Comercio que afectan a las exportaciones americanas de bienes
y de servicios (ver "2005 Inventory of Foreign Trade Barriers",
en www.ustr.gov). Contiene
un inventario detallado de barreras al comercio en la mayoría de
los países - por cierto no incluyendo los Estados Unidos -. Una
idea de donde están los principales problemas para las exportaciones
originadas en los Estados Unidos - pero que son barreras que afectan también
a los demás países exportadores, salvo aquellas que han
sido eliminadas por acuerdos preferenciales - lo da el hecho de la extensión
de los capítulos referidos a China (77 páginas) y a la Unión
Europea (48 páginas), en un informe que tiene en total 675 páginas
(este informe anual del USTR tiene datos muy útiles también
para los exportadores argentinos; con respecto a las barreras que confrontan
los exportadores argentinos en los Estados Unidos, ver los datos de 2003
elaborados por la Comisión Nacional de Comercio Exterior en www.mecon.gov.ar/cnce).
Por otro lado, la solicitud que efectúa el Presidente de los Estados
Unidos al Congreso para que se prorrogue su autorización para negociar
acuerdos comerciales. La actual autorización, contenida en el "Trade
Promotion Authority" (TPA), vence el 1º de julio de este año
y el Congreso puede renovarla por dos años. Ello permitiría
al gobierno americano a continuar las negociaciones de la Rueda Doha,
las del ALCA y las de otros acuerdos de libre comercio, y poder obtener
eventualmente la aprobación del Congreso de los acuerdos concluidos,
sin que éste pueda efectuar enmiendas -o se aprueba o se rechaza-,
en la medida que ellos sean introducidos a su consideración hasta
el 1º de julio de 2007 (ver la carta enviada al Congreso por el Presidente
Bush el pasado 30 de marzo, y el "Report to the Congress on the Extensión
of Trade Promotion Authority", de la misma fecha, que incluye muy
detallada información sobre las negociaciones desarrolladas y los
acuerdos concluidos desde la aprobación el 6 de agosto de 2002
del "Trade Act" del cual el TPA es parte, en www.ustr.gov).
Los dos hechos están vinculados ya que, según lo señala
explícitamente el Presidente Bush en su carta al Congreso solicitando
su extensión por dos años más, "la autorización
para la promoción del comercio (TPA) es esencial para expandir
las oportunidades de negocios para los hombres de negocio, los trabajadores
y los agricultores americanos". Y agrega que "debemos continuar
negociando acuerdos bilaterales y regionales para abrir nuevos mercados
y debemos completar las negociaciones en la OMC a fin de reducir las barreras
globales al comercio" (traducción nuestra). Es decir que en
la perspectiva americana, las negociaciones comerciales - sean globales,
regionales o bilaterales - deben permitir eliminar o reducir las barreras
que establecen terceros países y que afectan sus exportaciones.
Es en definitiva lo que persiguen como objetivo todos los países
que participan en las negociaciones comerciales internacionales. El problema
en el plano global, es que la ingeniería del necesario consenso
se ha tornado más difícil que antes, precisamente como consecuencia
del mayor número de protagonistas relevantes y por el hecho que
cada vez más se torna inevitable encarar cuestiones - como las
del comercio de productos agrícolas - que son de alta sensibilidad
política en muchos países. Y en el plano regional y bilateral,
o a veces es muy difícil avanzar si antes no se producen resultados
en el plano global - como lo demuestra el caso de las negociaciones hemisféricas
para establecer el Área de Libre Comercio de las Américas
(ALCA) - o las que los países más desarrollados realizan
en el plano bilateral, no necesariamente incluyen a algunos de los grandes
nuevos protagonistas de la competencia económica global.
Se considera que la extensión del TPA va a ser aprobado por el
Congreso. Sin embargo, se espera una tramitación mucho más
complicada para el acuerdo de libre comercio entre los Estados Unidos
y los países Centroamérica y la República Dominicana
(CAFTA). Si finalmente es aprobado por el Congreso, es probable que será
por un margen muy estrecho, ya que encuentra fuertes resistencias entre
los Representantes, reflejo de sectores que como los del azúcar
se oponen a este acuerdo de libre comercio. Será una prueba de
la voluntad política existente en la actualidad para seguir impulsando
este tipo de acuerdos (ver entre otras notas sobre la cuestión,
la titulada "Poco entusiasmo espera al CAFTA en el Congreso de EEUU",
en The Wall Street Journal Americas, en La Nación del miércoles
13 de abril, sección 2ª, página 5).
También en las últimas semanas, se han puesto en evidencia
las dificultades que subsisten para avanzar en las negociaciones en las
que los países del Mercosur participan, sea en el plano regional
hemisférico o en el interregional con la Unión Europea (sobre
estas negociaciones y otras en las que participa la Argentina, ver el
Boletín nº 37, del 11 de abril 2005, elaborado por el Instituto
de Negociaciones Agrícolas Internacionales, en www.inai.org.ar).
En relación al ALCA, se pospuso la reunión que debían
celebrar los días 29 y 30 de marzo los dos co-presidentes, Peter
Allgeier del USTR y el Embajador Bahadian de Itamaraty. Sigue predominando
la impresión que será difícil retomar las negociaciones
con un ritmo tal que permitan concluirlas antes de la finalización
de las de la OMC (ver este Newsletter del mes de marzo 2005). Entre tanto,
se ha previsto para los días 20 y 21 de abril en Asunción,
una segunda reunión entre el Mercosur y Canadá, en la que
se continuará explorando la posibilidad de un acuerdo "4+1"
de libre comercio, que estaría limitado a las cuestiones de acceso
a los respectivos mercados.
Tampoco hubo progresos en el intento de relanzar las negociaciones entre
el Mercosur y la Unión Europea. Se realizó una reunión
técnica los días 21 y 22 de marzo, pero sin resultado alguno.
Sigue pendiente una reunión ministerial prevista, en principio,
para fin de abril. Sin embargo, el 14 de abril la Ministro de Relaciones
Exteriores del Paraguay - país a cargo de la presidencia pro-tempore
del Mercosur - se reunió en Bruselas con Peter Mandelson, Comisario
de Comercio Exterior de la Comisión Europea y no hubo acuerdo -
según versiones del periodismo especializado -para convocar la
reunión ministerial (ver al respecto la nota de Assis Moreira,
en Valor Econômico de Sao Paulo, 15 de abril 2005). Por su lado,
el 15 de abril, la prensa argentina se hizo eco de la posibilidad de una
Cumbre Unión Europea-Mercosur - aparentemente limitada a algunos
de los principales países de la UE e incluyendo a Chile - sin que
existan al momento de cerrar esta nota, mayores precisiones que permitan
evaluar el real alcance de la versión ni, en especial, su precisa
vinculación con las negociaciones de libre comercio entre las dos
regiones.
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