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  Félix Peña

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 Diario La Nación | 20 de julio de 1999

El porvenir del Mercosur


Es necesario debatir sobre el futuro funcionamiento del bloque.

Hay en torno del Mercosur un debate oportuno y necesario. Oportuno pues tiene problemas en su funcionamiento, acentuados por un mal año económico, que erosionan su legitimidad interna y su credibilidad externa. Necesario pues son acciones y omisiones de los protagonistas ante realidades críticas, las que lo inclinarán a una etapa superadora o a la irrelevancia.

El debate ha sido instalado por Beatriz Nofal, Elvio Baldinelli y Alejandro Mayoral, escuchados y respetados referentes del tema.

Con diferentes alcances plantean como opción a una unión aduanera "que no va en serio", el sinceramiento del Mercosur y su concentración en lograr una zona de libre comercio.

No se cuestionaría la validez de la unión aduanera como base de un mercado común, pero sí la conveniencia de un juego de engaño colectivo de creer que se la podría lograr sin extraer consecuencias necesarias a su funcionamiento normal.

Recientemente ha terciado Martín Redrado, con su informe para ABA. Es una contribución útil para orientar el debate, ya que al análisis agrega propuestas para encarar cuestiones sustantivas del Mercosur.

Su enfoque de fondo coincide con el del Gobierno, en el sentido que ante dificultades económicas y desafíos planteados por complejas negociaciones comerciales lo que corresponde es un "más Mercosur" prudente, esto es procurar una profundización realista de los compromisos asumidos y rechazar la inclinación a la irrelevancia.

Hay consenso en muchos participantes del debate, incluyendo contribuciones de Roberto Lavagna y de políticos que se han referido a la cuestión recientemente, en cuanto a la valoración de la alianza estratégica con Brasil -confianza mutua en seguridad y política exterior, e integración económica como sus ejes vertebrales-, y a no retroceder en lo avanzado desde 1986 y en especial desde la creación del Mercosur, en 1990.

También existiría consenso en que tal como está el Mercosur no puede cumplir bien sus objetivos políticos y económicos. No por ser una unión aduanera "imperfecta", pero sí por parecerse a veces a una unión aduanera "vergonzante".

El eje del debate es qué hacer ante un Mercosur tentado por el síndrome latinoamericano de "integración-ficción".

Por cuatro razones no comparto la idea de retroceder a una zona de libre comercio: afectaría la credibilidad externa del Mercosur y de sus socios, y su capacidad de negociar y de atraer inversiones; desorientaría a los empresarios, sensibles a los efectos de discontinuidades en las señales gubernamentales a los mercados; no resolvería la falta de previsibilidad en el acceso a los mercados y el del desnivelamiento del campo de juego originado en distorsiones artificiales que inciden en el comercio e inversiones, y debilitaría disciplinas colectivas necesarias por el acceso irrestricto a los mercados para todos los bienes.

Creo en cambio conveniente un "más Mercosur" razonable, resultante de iniciativas realistas que no impliquen saltos al vacío. Hay espacio para ello, pues ninguno de los socios podría hoy afrontar el costo de un Mercosur irrelevante.

El debate debería centrarse en cómo extraer consecuencias lógicas de lo comprometido en materia de acceso irrestricto a los mercados, cementado en el caso argentino, a diferencia de otros socios, por la reforma constitucional de 1994.

Tres serían las prioridades: efectiva preferencia Mercosur para todos los bienes y servicios; disciplinas colectivas en políticas macroeconómicas, comerciales y sectoriales y reglas de juego que neutralicen el efecto del comportamiento discrecional de socios que desnivelan el campo de juego en el comercio (restricciones) y en las inversiones (incentivos), y que permitan flexibilizar los compromisos en emergencias.

Deberían tratarse, entre otras, cuestiones sobre ¿cómo mejorar la organización gubernamental y de los sectores sociales, con el fin de negociar sobre la base de una participación efectiva? o ¿cómo utilizar los acuerdos sectoriales, con el fin de potenciar la proyección regional e internacional de nuestras empresas?


Félix Peña es Director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Director de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). Miembro del Brains Trust del Evian Group. Ampliar trayectoria.

http://www.felixpena.com.ar | info@felixpena.com.ar


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